viernes, 22 de mayo de 2015

ENSEÑANZAS DE CAMPAÑA

¿Quien dice que las campañas electorales no sirven para nada? ¿Que no se aprende nada?. No es verdad. Conoces muchas cosas que tu intelecto ignoraba.
En mi caso, los últimos quince días han sido como un pozo de sabiduría.

Primero,  he descubierto lo que son unos “manolos”. En mi cortedad mental, identificaba a los “manolos” como un grupo de rumba catalana que se hizo famoso en las olimpiadas del 92 –que viejo se hace uno- con aquello de “aloviu, la-lara-la la”. Y no.
Los “manolos” son unos zapatos de señora carisísímos. Deben su nombre a su diseñador,  el canario Manuel Blahnik Rodríguez, y sus precios oscilan desde unos 1.100 euros los más baratos hasta los que superan los 6.000 euros por ser los modelos exclusivos.

Vivía en la ignorancia cuando siguiendo la pista a la candidata de una formación emergente alguien me pasó un antiguo enlace de un espacio televisivo ya emitido en ETB  en el que aparecía la mencionada cabeza de lista enseñando ante las cámaras  su casa  de Bilbao. Uno de esos espacios de entretenimiento en los que nos enseñan “casoplones” a la búsqueda de venta.  

La primera candidata de Udalberri/Bilbao (oferta electoral  apoyada por independientes y por las organizaciones locales de Ezker Anitza-IU, Equo, Podemos y Alternativa Republicana) dejó grabado y emitido un capítulo en el que mostraba su hacienda. Un bonito piso reformado  en la zona más selecta de la villa en el que había marcado su impronta.  Muebles de estilo asiático adquiridos aquí y en los múltiples países que había visitado, una nevera desatendida y un zapatero hecho a medida en el guardaba sus “manolos”. Eso sí, adquiridos, según dejó dicho en el reportaje,  con una importante rebaja en el precio.

Estaban equivocados quienes pensaban que la progresía o el movimiento alternativo estuviera reñido con el lujo o el buen vivir. No todos los “parias de la tierra” tienen por qué ser “descamisados” o formar parte de la “famélica legión”. Aunque sus propuestas públicas abonen tesis de izquierda radical o de afán populista. Se puede ser progresista y hippy. O piji.
Lo que no se yo es si Roberto Uriarte y los líderes “anti-casta”, tan universitarios ellos, conocían  lo de los “manolos”. Al fin y a la postre, no son sino unos zapatos. Exclusivos, pero zapatos.  

Otra cosa que he aprendido en esta campaña es que a fuer de tanto trabajar en sus municipios, algunos cargos públicos se pierden en el entorno. Y no encuentran más referencia geográfica a su vida que las cuatro paredes de su despacho en el consistorio.
Eso es lo que le debe haber pasado a Carlos Totorica, el alcalde por antonomasia de Ermua y candidato a Diputado general en Bizkaia.

Los compañeros-periodistas de la Cadena SER prepararon en sus entrevistas a los candidatos, unas preguntas sorpresa de esas que buscan pillar al interlocutor de turno. Y a Totorica le tocó la geografía. ¿Qué río pasa por Balmaseda?.
El munícipe socialista se quedó en blanco. “¿En Balmaseda hay río?”. “No sé, a lo mejor desemboca en Laredo...”

¡Ay que despiste!. Ni tan siquiera acordarse del puente viejo, emblema de la villa encartada. Seguro que hace años, cuando la contaminación de la papelera hacía de este río un caudal casi sólido de espuma a su paso por Sodupe, se habría acordado del ripio que lo nombraba; Kadagua, que tiene más mierda que agua.

Hoy el  Kadagua, es un río limpio y lleno de vida. Desde su origen en el valle de Mena hasta su confluencia con la ría en Bilbao. Aguas nuevas en un curso antiguo.

Las campañas electorales dan mucho de sí. La comunicación ha evolucionado una barbaridad y aunque todavía hoy hemos podido ver por algunas calles camiones con altavoces emulando a aquel anunciante del “colchonero lanero”, los mensajes, las imágenes han corrido por las redes sociales. Algunas como la pólvora. Rompiendo la barrera del ridículo, como el grotesco video del alcalde de Oion, fonendoscopio en ristre calle abajo en un pasacalle de tonadilla desafinada. La cencerrada fue  calamitosa y quizá por ello se convirtió en un espectáculo viral, contemplado por miles de usuarios en la red. Internautas que se quedarán con el video-bodrio del PP  local en lugar de  por y tener el dudoso honor de ser primer edil del municipio con más tasa de paro de la Comunidad Vasca. .

De todo se aprende. Hemos asistido, por ejemplo, a una clase magistral de elaborar un mensaje  de profundo significado sin necesidad de asistir a clase alguna de periodismo o comunicación. El diario “Gara” nos regaló en su portada  uno de esos titulares con los que se entiende perfectamente lo que se dice y hasta lo que se quiere decir.

El periódico que dirige Iñaki Soto titulaba a toda página; “Una Ertzaintza desatada ejecuta la dura condena a jóvenes activistas”.  Llama la atención el primero de los adjetivos; “desatada”. Por no hablar del verbo; “ejecuta”.

Similares acepciones  aparecieron más tarde impresas con pintura en las paredes de varias sedes nacionalistas donde “jóvenes activistas” conminaron  al PNV para  que “atase” a sus “perros” –“lotu zuen txakurrak”-

Son casualidades de la vida. Casualidades en la que los “fatxas” del país  se escudan en un disfraz para demostrar cual es su verdadero sentido democrático. El de la imposición, la intolerancia y el desprecio a los demás.

Esta campaña electoral también nos ha enseñado a vislumbrar que la supuesta fidelidad y cohesión interna de la izquierda patriótica, como la del resto de organizaciones partidarias, también sufre de fatiga cuando su discurso transcurre por la senda de la normalidad política.

No basta con llamar a la ilusión, a la consigna o al ideario político. La normalización conduce a la desmovilización. De ahí que  cuando los signos de debilidad aparecen se busque como acicate  de unidad  al enemigo externo. Y en eso de encontrar una víctima propiciatoria  que aunae ánimos, siempre aparece el PNV en la diana de la radicalidad. El odio es un gran motor y así lo ha puesto de manifiesto nuevamente  EH Bildu, una opción que pese a tener una gran capacidad de penetración social en Euskadi, ha necesitado  activar su perfil más sensible –presos, jóvenes detenidos, etc- para activar a su parroquia.

Pero, ojo, téngase en cuenta otra gran enseñanza de las estrategias electorales;  movilizar a los propios con impulsos reactivos puede “acumular fuerzas” de puertas adentro pero, al mismo tiempo, puede hacer huir de la perspectiva de voto a un universo más templado, desapegado cada vez más de las dinámicas de enfrentamiento y confrontación.

La campaña electoral se ha acabado. Y nos ha enseñado muchas cosas. Nos ha enseñado cómo quienes, como el PP, circulaban cuesta abajo y sin frenos,  ha acelerado su deriva con discursos erráticos.

Hemos aprendido que los suflés son efímeros y que quienes nada tienen que presentar a la ciudadanía  esconden su incapacidad en la crítica a los demás.
Yo he aprendido hasta de calzado. Mis zapatos no son de lujo. Tampoco llevan cordones. Ni atados, ni desatados. Son recios. Útiles. Cómodos. Con buena suela. Para no resbalar. Por cierto, mañana llueve. Cuidado con los patinazos.

Ya he reflexionado.


1 comentario:

  1. Últimamente, casi siempre inicia su entrada semanal - a la que me he aficionado - con un ... "en mi cortedad mental" o similar. Eso ¿por qué es?... ¿porque Bildu les llama "prepotentes" -mire quienes hablan-?, ¿no nos habrán acomplejado al Burukide, verdad? No encuentro otra explicación, la verdad.

    P.D: El Domingo a primera hora de la mañana mi voto al PNV ya estará depositado en la urna.

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