viernes, 15 de enero de 2016

UNA BODA Y UN FUNERAL

Hace tiempo que no voy a una boda o a una comunión. Y me alegro. El paripé de estos fastos siempre me ha puesto de los nervios. Los trajes, las fotos, la liturgia, la sonrisa profidén, me traen por la calle de la amargura. Mi entorno familiar sufre con mi comportamiento. Soy a-social, lo reconozco. Me incomoda  el boato masificado de “vivan los novios” o “que se besen, que se besen”. Y se me nota en el semblante. Por mucho que  intente enmascararlo. Parezco un tipo risueño al que la goma del calzoncillo le estrangula un huevo. Un bicho raro entre tanto patán con levita, traje oscuro o vestidito de escote imposible y “fotocol”.

Uno de los momentos más angustiosos de  esas celebraciones  para mí siempre ha sido  la incorporación al banquete, cuando los invitados corrían al salón para coger sitio.  Y se reservaban puestos con bolsos, chaquetas y enseres variados en un intento  de apropiación del espacio festivo. Como si en unas plazas se comiera mejor y en otras se pasara hambre. Lo cierto es que la ubicación no era cuestión menor. Dependiendo de dónde cayeras te sometías al tedio de soportar  durante las tres horas que duraba el bodorrio a un desconocido primo del novio y que sólo sabía hablar de la cilindrada de su coche o a una tía lejana a la que encontraste la rara habilidad de platicar, comer y respirar al mismo tiempo. Un prodigio de la naturaleza.

Me dicen que eso  ocupar  las mesas al asalto ha cambiado ya. Bueno, en las dos últimas bodas que asistí ya había un guión con una posición determinada para cada cual. Un plano de las mesas donde como un acertijo debías encontrar tu nombre para ir, a tiro hecho, a tu posición de convidado. La pena es que en ese tracto tampoco cabía elegir vecindario y si la coincidencia con el piloto automovilístico no se daba,  siempre había opción de encontrar a tu lado a  un enamorado de los viajes  que te haría la comida inolvidable con sus últimas vacaciones en Bucarest o en Zaragoza. ¿Zaragoza?. Sí, Zaragoza. “¿No te sabes esa que dice “el Ebro guarda silencio, al pasar por el Pilar...”.

Ahora me dicen que  todo ese follón ha evolucionado y que está más reglado. Incluso me han insinuado que en el último banquete nupcial al que asistieron unos amigos las invitadas de género femenino disponían de un “pack”  que incluía zapatillas y un juego de maquillaje. Lo primero para sustituir los taconazos incómodos del modelito y lo segundo, en algún caso, para hacer un milagro. Lo que no sé es cual fue el “pack” dispuesto para el género masculino. Si me hubieran consultado, mi consejo  habría sido un útil  estuche compuesto por naipes, tapete y tantos para jugar al mus.

El pasado martes, la nueva legislatura a Cortes generales quedó inaugurada. Las sesiones plenarias del Congreso y el Senado dieron mucho de sí. No sólo en lo que a la constitución de las cámaras  y sus órganos de gobierno respecta. Eso quedó eclipsado por el “show” de una jornada perfectamente guionizada por quienes tácticamente transformaron una sesión institucional en un espectáculo de variedades.
Visto con ojos de telespectador la reunión estuvo entretenida y fue amena. Hubo de todo. Gestos, abucheos, soflamas, anécdotas y la insólita presencia de un lactante que se convirtió en el centro de atención de propios y extraños.

Sobre esta cuestión se han vertido ríos de tinta y dedicado minutos de radio y televisión. Si lo que se pretendía era reivindicar  un mayor protagonismo de la conciliación en la esfera pública y laboral, el objetivo se consiguió. Si, por el contrario, lo buscado era cobrar protagonismo propagandístico, también. (Por comparar, decir que Carmen Chacón también llevó a su hijo recién nacido al Congreso. Pero nunca lo integró en el hemiciclo.  Lo atendía, cuando tocaba, en la guardería que la cámara baja dispone  para el personal y para este tipo de eventualidades).
Sea como fuere, el angelito tuvo un comportamiento mucho más edificante que una gran parte de “sus señorías” cuya educación brilló por su ausencia.

Yendo a las formas, la sesión inaugural de la legislatura  puso en evidencia la sobreactuación que preside, desde un tiempo a esta parte, la acción política. Algunos diputados madrugaron de lo lindo –veremos si en lo sucesivo lo siguen haciendo-.

Como en las bodas que relataba al principio, algunos electos corrieron por la sede de la Carrera de San Jerónimo y accedieron al hemiciclo para , plantilla en mano,  depositar  en la primera bancada –justo detrás de donde se aposenta el gobierno-, abrigos, bolsos y demás enseres que reservaran su espacio. Hay que decir que la posición de los grupos en los parlamentos viene establecido por criterios de representación y reglamento, y que, pasada la sesión constitutiva, cada cual  cubre su escaño en base a un orden y a unos principios acordados mayoritariamente. En esta ocasión no, y como “quien más chifla capador”,  los acólitos de Pablo Iglesias coparon los primeros puestos sin encomendarse a nadie. Así que cuando llegaron el resto de diputados éstos tuvieron que acomodarse como buenamente pudieron. Los diputados de Esquerra Republicana de Catalunya, que  se incorporaron al Congreso a última hora, se encontraron sin espacio donde situarse. Rufián, Tardá y compañía,  tuvieron que sentarse en los huecos vacíos. Rodeados de  los primos del novio o con tías lejanas parlanchinas  dotadas de branquias para respirar y hablar debajo del agua.

En la calle, algunos hicieron el paseillo acompañados  por una fanfarria. Otros, como en “verano azul”, accedieron en bicicleta. Los rituales fueron también diversos. Promesas y juramentos  por lo civil y por lo religioso. Eclécticos  y simbólicos. Risas y llantos ante las cámaras. Todo muy colorista. Vamos, como en una boda.

En el fondo de la cuestión es donde  hubo más sombras que luces. Dígase como se quiera, “Podemos” dinamitó la estrategia del PSOE en la composición de los órganos de la Cámara. Sabedores que con sus propios votos se garantizaba dos puestos en la Mesa,  impidieron un pacto global para desbancar de la presidencia al PP. Y obligaron a Sánchez a pactar con Ciudadanos. Ese acuerdo mínimo facilitaba la mayoría numérica del PP y la derecha, afeando la maniobra socialista. Podemos argumentó su ruptura por la negativa a segregar su representación en cuatro grupos parlamentarios. Una división que, de haberse aceptado, le hubiera reportado  muchísimo más tiempo de protagonismo en los debates, amén de más de una decena  supletoria de personal asistente a su servicio y un incremento  económico en dotaciones que superaría el millón de euros.

Pero intereses espurios aparte,  la sobreactuación táctica del partido de los círculos, acusando al PSOE de pactar con el PP y de “mentir a sus votantes”  en su voluntad de desalojar a Rajoy, nos deja unas primeras conclusiones sobre las que  analizar  el futuro inmediato que la política española.
Primera conclusión; la única preocupación de “Podemos” pasa por medrar. Por conseguir el “sorpasso” al Partido Socialista.  Ello implicará que “no dará ni agua” a Pedro Sánchez, lo que impedirá a éste formalizar una opción alternativa de gobierno. Segunda consecuencia; esta decisión podría conducir a una repetición electoral donde “Podemos” cree que ganaría espacio en detrimento de los socialistas. En el supuesto de que los comicios no se repitiesen, lo que supondría que Rajoy o el PP seguirían gobernando, “Podemos”  pretendería “engordar” ejerciendo una oposición implacable y dogmática, en contraposición al resto de grupos parlamentarios.

Tercera consideración; su adversario a batir en cualquier caso no es el PP sino el PSOE a quien, en cualquier circunstancia culparía de la ausencia de cambio político y el continuismo de Rajoy. Los socialistas son su despensa, sus reservas  para el crecimiento.
La voracidad de los dirigentes de “Podemos” y su “ego” superlativo disfrazado de simplicidad callejera puede inducir a engaños. Todo resulta táctico. La “unidad” de la izquierda, el respeto plurinacional, la “integridad” insobornable, son elementos al servicio de una causa; la búsqueda del poder. Una causa legítima pero quizá desmedida. Agitación y propaganda de manual. Su primera etapa pasa por anular a Pedro Sánchez para quien preparan un funeral de estado. Dirán lo contrario pero su empeño pasa por hacer imposible un acuerdo con el PSOE. Su dogmatismo y su intención  lo hará irrealizable, y si eso ocurre serán también ellos quienes culpabilicen a los socialistas de Rajoy siga en la Moncloa.
Veníamos de una boda y, previsiblemente,  terminaremos en un funeral. Permanezcamos atentos a la pantalla. Esto no ha hecho sino empezar

5 comentarios:

  1. Hola Mediavilla.No entiendo eso de que el respeto al concierto sea una de las peticiones a Sanchez para facilitar su investidura.Hay que pedirlo como condición?,en serio?,esto me suena a que le va a resultar realmente barato,casi tirado,a Sanchez la "facilitación" del PNV.De hecho los periodistas de Madrid os han perdido el respeto totalmente,no hay más que escucharles......
    Veremos.Saludos.

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  2. Y tú, Xabier, ¿te crees todo lo que escuchas?. Te creía más ponderado

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  3. Sinceramente Mediavilla,hasta el momento y de vuestra parte lo único que he escuchado han sido exigencias de "compromisos".Los "compromisos",los "socialistas" Españoles,los adquieren y a continuación se los pasan por donde ambos sabemos y han demostrado.Ejemplo claro el "respeto" a la voluntad de los catalanes con respecto al estatut.Para mi gusto a esta gente hay que cobrarles por adelantado y en tangibles.Pero en fin,yo no estoy en la pomada y vosotros sabréis,simplemente opino en base a lo que oigo,veo y siento.Ójala sea problema de ponderación e ignorancia de fondo.Saludos y ánimo.

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  4. Si sigues las dinámicas de negociación que el EAJ a realizado a largo de los años, sabrás que nunca se ha trasladado un acuerdo hasta estar completamente seguro. Que los periodistas de Madrid pierdan o no el respeto a las gentes que representan al EAJ es una opinión muy particular.
    Decirte que los Periodistas de Madrid son de Madrid y si realmente te preocupan , algo anda mal.
    Nunca tuvieron el respeto necesario. Y de tenerlo, será una vez entrado en su juego.

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  5. Algo anda mal,efectivamente,cuando se nos pierde el respeto.Aquí,en Madrid o en el Congo.Y a mi me preocupa eso sean periodistas de Madrid o los bomberos de Azpeitia.Indistintamente.

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