Han pasado cuarenta años desde entonces. Algunos éramos jóvenes.
Ni tan siquiera habíamos cumplido los
dieciséis, la edad mínima para la afiliación. Pese a ello, la sensación de
recuerdos que aquel estallido democrático produjo se mantiene fresca.
Contenidas por la fuerza durante la larga noche del franquismo,
las ansias de libertad, de revertir la situación del país generó una inusitada
actividad. Como la presión de un champán encerrado en una botella agitada, la
expresión política reventó y lo inundó todo.
Echando un vistazo a las publicaciones de la época reconozco a
nuestros mayores. Mitos vivientes que allí estaban, en Iruña, para dejar
constancia que no habían sucumbido a la guerra y a los ulteriores años de
postración y tiranía. Al contrario, aquella gente, curtida en la adversidad,
dejó en evidencia que su ideal, su voluntad, había derrotado al dictador y al
régimen. Y, que partir de ese momento comenzaba para ellos, y para el conjunto
de la sociedad vasca, un nuevo tiempo. Con fortaleza y unidad –Batasuna eta
Indarra-.
Hay palabras, mensajes, que se quedan grabados con tinta
indeleble.
"Gure alderdia jaio zan euskal estatu bat sortzeko.(Eta
hortan gaude)
Ez dugu ahaztu behar zein geran, nondik gatozen eta nora goazen.
Ideiak garbiak egon behar dira. Hau da gure bidea, izateko arrazoia eta hori
gorde behar dugu.
Euskal estatu bat, askea, bere buruaren jabe eta bere jendea
gogoan hartuta, besterik ez."
Necesitados de actividad, de romper con el pasado y construir una
nueva Euskadi, los jóvenes partíamos con la agitada pretensión de quien tiene
prisa, de quien siente la irrefrenable tentación de correr para separarse del
pasado. Fue entonces, sobreexcitados por
el momento histórico, cuando recibimos una lección que hemos sabido atesorar y
que guardamos, como oro en paño, en nuestro activismo político.
Era Xabier Arzalluz quien ponía voz y carisma a aquella enseñanza.
Para subir al monte y alcanzar la cima el mejor camino es rodear la montaña.
Ascender en línea recta puede dejarnos al borde del camino porque la dificultad
es mucha y es preciso dosificar las fuerzas. En ese empeño estamos, dando vueltas
y más vueltas pero siempre subiendo.
Ramón Basaldúa, Sabin Zubiri, Julio Jauregi, Luis Mari Retolaza, Manu Robles Arangiz |
En esa travesía hemos encontrado a
muchos que se han quedado en el camino.
Eran los que nos decían hace años que a la punta del monte se iba por la
vía directa. Y cuando nos veían
zigzaguear nos llamaban traidores. El tiempo pone a cada uno en su sitio. Ellos
se quedaron abajo, reventados por las prisas y por no actuar con inteligencia. Otros
seguimos en la brecha, sin desmayo. Teniendo claro qué somos, de donde venimos
y hacia dónde vamos. Somos nacionalistas
vascos. Queremos un Estado vasco. Libre. Dueño de su propio destino e impulsado
por la voluntad de la gente.
Esta es una declaración de principios.
Un precepto doctrinal que ha pasado de generación en generación. Fueron ellos,
los pioneros de este Partido en la democracia, los que resurgieron hace
cuarenta años en Iruña, tomando el relevo de generaciones anteriores, quienes nos transmitieron tales
enseñanzas. Fueron ellos los que nos
indicaron que el Partido Nacionalista Vasco continuaba la andadura hacia lo más
alto de la montaña.
Pello Irujo, Román Sodupe, Xabier Agirre, Eli Galdos |
En aquella primera asamblea
nacional, el PNV decidió cuales eran sus objetivos temporales. Recuerdo el
grito de “libertad, amnistía, estatuto de autonomía”. Desoyendo los cantos de sirena de quienes hablaban de la ruptura, del todo o nada. De utilizar
la fuerza, la violencia en una
estrategia destructiva cuyas consecuencias
desgraciadas ha pagado este Pueblo hasta hace bien poquito tiempo.
Esta generación, aquellas mujeres y
hombres que reorganizaron el Partido Nacionalista Vasco acertaron plenamente.
Suyo fue el mérito de trazar la ruta correcta. De encabezar una acción política
de regeneración nacional, de progreso y justicia social, de fortalecimiento
cultural.
Miremos por donde miremos, la Euskadi de
hoy está construida con aquellos basamentos. Construcción nacional del día a
día. Pensando en las personas, en su bienestar, en su progreso y en sus
oportunidades.
Xabier Amatria, Josu Bergara, Jose Mari Gerenabarrena, Jesús Esnal |
El Partido Nacionalista Vasco de hoy se
reconoce en esa labor que ellos y ellas protagonizaron. Edificar unas instituciones, recuperar la
lengua, reverdecer la industria tras las
sucesivas crisis. Sembrar para recoger. Modernizar las infraestructuras, los
equipamientos. Universalizar la sanidad, la educación, los servicios públicos
que dignificaran la vida de una
ciudadanía vasca cuya conciencia nacional fue creciendo hasta hacerse
mayoritaria entre nosotros. Subir al monte cada día. Sin desmayo. Con
inteligencia. Haciendo un país para
todos. Un país incluyente. Plural. Democrático. Lleno de dinamismo y abierto al
mundo.
Pocas veces nos damos cuenta de lo mucho que hemos avanzado en el
desarrollo del proyecto nacional de Euskadi. El día a día nos hace perder
perspectiva y en ocasiones cunde el desasosiego cuando intuimos que caminamos
demasiado lento. Las adversidades nos hacen creer que estamos parados. Pero no
es así.
La violencia con intencionalidad política ha cesado. Hace casi seis años que no hay una
amenaza latente continuada de terror. Nos hemos acostumbrado rápidamente a esta
bendita “normalidad”. Quizá sin percibir el enorme bien que con ello hemos
ganado. Es cierto que aún quedan ámbitos
de certificación que nos permitan afirmar que la pesadilla, definitivamente ha
sucumbido. Máxime, cuando durante tantos años, nos ha sometido a un atroz
sufrimiento.
Pero ya no hay interferencias para el ejercicio pleno de la
democracia. Del contraste, diálogo y acuerdo entre diferentes para alcanzar un
nuevo punto de encuentro jurídico-político, un nuevo estatus, que, sin colmar
todas nuestras aspiraciones nacionales
nos permita dar un paso más allá en el
crecimiento de nuestra capacidad de autogobierno.
También las tres realidades existentes en nuestro pueblo,
actuantes en dos estados diferentes, han abierto una ventana de oportunidad
para modular un futuro colaborativo. Dependerá de la libre decisión de la
ciudadanía en cada ámbito.
Disponemos de un armazón institucional con bases propias de
soberanía – con especial relevancia en el ámbito económico- que nos va a
permitir, cada día, que seamos nosotros, por propia determinación, quienes
definamos cómo estructurar y cómo dotar al conjunto de la sociedad de los
servicios, de los programas y de las medidas que rijan nuestras vidas.
Del éxito o no de las políticas públicas aplicadas, de la
mejora y modernización de nuestro espacio autogobernado dependerá la
consolidación y el incremento de la conciencia nacional, de la sintonía de los
vascos y vascas con un proyecto nacional de futuro.
Nuestro empeño de hoy debe fijarse el objetivo de consolidar un
país moderno, justo, equilibrado, con empleo
en el que los vascos de hoy y mañana se sientan identificados. Un
proyecto propio en el que deseen compartir sus experiencias vitales y
familiares. Un país que sientan suyo y en el que se creen protagonistas. Un
país en el que su voluntad sea la argamasa que lo haga sólido e indestructible..
Cuarenta años después y gracias a aquellos visionarios que
comprometieron su suerte y su propio
bienestar con el provenir de este pueblo, seguimos adelante. Continuamos la ascensión al monte. Sin
prisa pero sin pausa. Con paso firme.
Alejados de la tentación de encontrar atajos. Sin aventuras ni riesgos
provoquen desarraigos en nuestra sociedad.
Con realismo y responsabilidad.
Sabemos quienes somos. De dónde venimos y hacia dónde vamos. Somos
nacionalistas vascos y nuestra meta es una Euskadi libre al servicio de las
mujeres y hombres de este país. Seguimos la marcha.
Muy claro y esclarecedor, soy hijo de vasco viviendo fuera de Euzkadi hace ya 55 años, ( entre Argentina y Brasil) mi padre Kepa Perea Isunza Ibañez de Aldecoa me afiliò al PNV siendo muy joven. Pretendo volver con mis 2 hijos a nuestra Tierra -Aulesti- algùn dìa, Dios està en el comando. Como tu dices: "Ez dago prezioan edo modu agonia gabe bakea ez da". Agur Amigo.
ResponderEliminarSaludos desde Ecuador, soy Juan Pablo Chiriboga (Txiriboga) descendiente de vascos de Cestona. Espero algún día regresar a la tierra que con tanto cariño mi abuelo siempre me hablo. Confio en un país Vasco libre, esperando ese momento.
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