Fue Jose Antonio Zarzalejos el que identificó a la ejecutiva del PNV -el Euzkadi Buru Batzar-como un grupo de 14 “aldeanos”, el presidente Ortuzar , los presidentes de los consejos territoriales y otros ocho vocales más. “Todos ellos sometidos a una férrea incompatibilidad tan férrea como su práctico anonimato, salvo, y muy limitadamente , en Euskadi”.
Zarzalejos hacía esta mención en junio del año 18, tras la
moción de censura que acabó con el gobierno de Mariano Rajoy y en la que los votos del PNV fueron determinantes. Recuerdo bien aquella
decisión. Apenas unos días antes, el mismo partido -el PNV- había pactado los
presupuestos con el político gallego pero la sentencia de la Gurtell y la decisión del
PP de minimizar el impacto de la misma , eludiendo responsabilidades y tratando
de ocultar su gravedad y responsabilidades, provocó, tras una profunda reflexión, apoyar la censura
presentada por el Partido Socialista y hacer de Pedro Sánchez el nuevo inquilino
de la Moncloa.
Soy testigo de los intentos reiterados , por parte de
Ortuzar, para que Rajoy, con quien le unía cierta complicidad en la
interlocución, reconociera la gravedad de la sentencia y abordara con firmeza el
nivel de corrupción sentenciado. Pero nada fue posible. Reunidos en la sede del
Araba Buru Batzar, los “catorce aldeanos” y en presencia del lehendakari Urkullu
adoptamos nuestro apoyo a la censura. Tan pronto como la decisión fue adoptada,
Ortuzar comunicó a Mariano Rajoy la posición que, más tarde, Aitor Esteban
explicitara en el Congreso de los Diputados. Rajoy ignoró aquella llamada y se
enfrentó a la sesión parlamentaria esperando que, en el último minuto, la
moción de censura no prosperaría.
En el PP se interpretó la decisión del PNV como “una
puñalada intercostal en el corazón” y la hiel en el carácter de los populares en
relación a los nacionalistas aún perdura. En ese sentimiento de acritud Jose
Antonio Zarzalejos, cuya incompatibilidad personal con los nacionalistas era
conocida de viejo, escribió aquella crónica titulada “El PNV y la victoria de
los aldeanos en la moción de censura”,
El artículo no tiene desperdicio y destila animadversión. “El
valor de la palabra dada, la coherencia y la fidelidad son valores políticos
que en el País Vasco tienen una particular importancia. Pasar de ser socios de
Rajoy a sus verdugos prácticamente sin solución de continuidad solo es posible
cuando la instancia que adopta la
decisión es opaca a los medios y anónima
en la política como ocurre al EBB. Los que lo integran son los ¨descorbatados”,
los caseros, los aldeanos, pero no por ello menos duchos en política y menos
avispados que los gestores públicos al uso”. “El aldeanismo (propio del EBB) es
casi una filosofía de comportamiento que se refleja muy bien en una
canción bilbaina (el aldeano tiró la piedra y no la encontró) “
Los “aldeanos” que calificara Zarzalejos han tomado, como
aquella decisión de la moción de
censura, innumerables posiciones. Y siempre evaluando la defensa de los
interese de Euskadi como elemento
fundamental sobre el que hacer bascular su opinión.
Y sí, desde un anonimato normalizado y un férreo control de incompatibilidades.
Probablemente no todas las decisiones adoptadas hayan sido acertadas, pero
salvo en los últimos tiempos, la fortaleza y el liderazgo del PNV han alcanzado
su nivel más alto de representación pública. Pero en la política, no se puede
vivir de las rentas.
Además, por experiencia propia diré, que ser un miembro de
la ejecutiva del PNV no supone ni fama, ni privilegio alguno como alguien
pudiera pensar. A la mesa de la ejecutiva del PNV llegan mayoritariamente
“marrones”, problemas que necesitan una resolución, no siempre popular. Pero,
en todo caso, el día a día también ha tenido satisfacciones que han animado a
continuar con el trabajo desarrollado.
El próximo lunes
comenzará la última fase del proceso de renovación de la ejecutiva
nacionalista. Los afiliados y afiliadas deberá proponer y posteriormente elegir a las candidaturas a
la presidencia del EBB y a los ocho burukides que junto a los presidente de las
territoriales formarán parte del Euzkadi Buru Batzar.
Serán los nuevos “aldeanos” que deberán velar por liderar y
seguir el pulso a la política vasca.
Más allá del simple debate nominalista en que los medios de
comunicación han convertido este proceso,
poniendo el foco exclusivamente en la continuidad o no de Andoni Ortuzar
al frente de los jeltzales, los
preparativos de la próxima asamblea general avanzan a buen ritmo. Las
organizaciones municipales estudian y enmiendan las ponencias que servirán de propuesta programática para
los próximos años. Un tiempo en el que los desafíos que el PNV deberá encarar son
notables. El primero de ellos recuperar el pulso y el liderazgo perdido por la
competencia directa de la Izquierda Abertzale. Además, ser capaces de negociar
y aprobar un nuevo estatus para el autogobierno que reconozca el carácter
nacional de Euskadi y permita una relación bilateral con el Estado. Y, además,
impulsar la utilización normalizada del euskera en todos los ámbitos de la vida
del país.
Internamente, el PNV deberá fortalecer sus estructuras de
gobierno, actualizar unos procedimientos
excesivamente largos y poco prácticos y profundizar la renovación humana
ya en marcha. Retos que deberán complementar las señas identitarias propias; la
incompatibilidad de cargos públicos e
internos y la bicefalia.
Comienza por tanto la configuración de un nuevo equipo que
reme en la misma dirección y con mayor brío para hacer posible la consecución
de los objetivos definidos. Nuevos bríos
que no significa un cambio generacional
o un rejuvenecimiento forzoso de los cuadros. Nuevos burukides que serán
“primus inter pares” capitaneados por quien la afiliación entienda que es la mejor
garantía para presidir este nuevo tiempo. Un timonel con mano izquierda, capaz de alcanzar acuerdos
con diferentes y con una capacidad de interlocución que abra puertas y complicidades.
Sean quienes sean los elegidos, serán, seguramente, unos
“aldeanos” fieles servidores del partido que fundara Sabino Arana y que continúa
trabajando por la libertad nacional de Euskadi. Mi respeto a ellos y ellas y mi total colaboración para que ,
cuando toque, se centren en sus nuevas responsabilidades.
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