miércoles, 22 de junio de 2011

LA CARTA EXTEMPORÁNEA


El día 23 de mayo, apenas veinticuatro horas después de las elecciones municipales y forales, una carta remitida desde la lehendakaritza en Vitoria-Gasteiz, llegaba a las diputaciones forales.

La remitía el Secretario General de la presidencia del Gobierno vasco, Manu Salinero, y estaba dirigida a los diputados generales.

La misiva advertía a Olano, Bilbao y Agirre, que en cumplimiento de una proposición de ley , aprobada en el Parlamento Vasco, el ejecutivo autónomo había puesto en marcha un estudio para identificar las diferentes disfunciones que pudieran darse en la gestión institucional.

El objetivo no es malo. Ya en su día, la Diputación alavesa dirigida por el popular Ramón Rabanera, había presentado un informe avalado por Milagros García Crespo, en el que se pasaba revista a posibles duplicidades en la gestión,  llegándose a la conclusión de que era el Gobierno vasco , presidido entonces por Ibarretxe , quien mayor terreno invadía al campo de juego foral y municipal. Es decir, que las duplicidades, de producirse, se protagonizaban en el ámbito institucional superior. Una afirmación muchas veces repetida por EUDEL y por los ayuntamientos, que machaconamente se han lamentado de tener que gestionar ámbitos creados por otros –Gobierno- y que posteriormente han abandonado a la suerte de los entes locales.

Eso, que parece una evidencia, ha ocurrido ahora y antes, durante años de ejecutivos nacionalistas.

Pero volvamos a la carta. En su escrito –recibido el 23 de mayo-, Manu Salinero informaba del acuerdo parlamentario y de la necesidad de cumplimentarlo. El acuerdo del Parlamento Vasco fue tomado el 3 de febrero y el plazo máximo para su ejecución era de seis meses, por lo que se pedía a las diputaciones  la mayor agilidad posible para su resolución. Para mayor eficacia, el secretario general de la presidencia, anunciaba que el Gobierno vasco había requerido los servicios de una consultoría externa para la elaboración del informe, consultoría que se pondría en contacto con los entes forales para conocer sus impresiones al respecto. Para cuadrar el círculo de responsabilidad institucional, Salinero apremiaba a las diputaciones a nombrar, de entre sus diputados/as  a un interlocutor que coordinara las entrevistas a realizar en su ámbito.

La respuesta debía ser rápida, por responsabilidad institucional y para responder eficazmente al Parlamento. Pero las Diputaciones, que siempre están poniendo palos en las ruedas del Gobierno vasco, respondieron desairadas que si tanta prisa tenía el Gobierno, por qué había tardado más de tres meses en cursar la petición parlamentaria. Al tiempo, las diputaciones  recordaban al Gobierno que para cuando la misiva llegó ya se habían celebrado los comicios forales con desigual resultado y que sus equipos de gobierno se encontraban en funciones,  lo que difícilmente hacía aconsejable que ninguno de sus componentes se pusiera en aquel momento a coordinar nada, pues su futuro era incierto, tanto en lo político como en lo personal.

Sentido común. Pero ya se sabe, no siempre es el más común de los sentidos.
La respuesta de las diputaciones irritó de manera especial al gobierno y a su secretario, que remitió una nueva carta argumentando la imperiosa necesidad de que las diputaciones colaboraran. Pero qué diputaciones?. La que probablemente gobernará Bildu?. La incógnita alavesa? O algún presunto diputado cesante en Bizkaia.?

Hoy, los medios de comunicación recogen una información según la cual el lehendakari Patxi López aguarda el momento de constitución de las nuevas diputaciones para llamar a sus próximos dirigentes y hacer un diagnóstico común en temas tan relevantes como la fiscalidad o las disfunciones en la gestión pública. Son, según se dice, debates pendientes que es necesario abordar. Abordar, por supuesto, pero bajo el incuestionable liderazgo del lehendakari.

Apenas ha transcurrido un mes desde que las urnas dirimieran las nuevas mayorías en municipios y territorios y la soberbia de quienes no son capaces de reconocer que hoy son más débiles que ayer vuelve a asomar en la política vasca. Ni asomo de humildad, ni de colaboración sincera. Ni está, ni se le espera. Ya nos lo mostró ETB, será el Gobierno del cambio quien rubricará las nuevas transferencias conseguidas por el PNV en Madrid. El éxito, cómo no, del gobierno del oasis.

El Lehendakari aguarda para convocar a las nuevas diputaciones. Que la carta de cita no la firme Salinero, no vaya a ser que llegue una vez vencida la actual legislatura. O  que el gobierno remitente esté en funciones.

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