sábado, 23 de julio de 2011

EN LUGAR DE SOLOMILLO, VAINAS Y PATATAS

Las reacciones a la negativa respuesta del Diputado General de Bizkaia a incrementar la presión fiscal planteada por el lehendakari no se han hecho esperar.

Jose Antonio Pastor, desaparecido desde la debacle electoral del 22-m, ha resucitado. Y lo ha hecho con el mismo estilo  bronco y descalificador que le convirtió  en el candidato que más desapego generó entre el electorado.

Pastor, aún secretario general de los socialistas vizcainos, ha negado la mayor; el lehendakari no se ha planeado subir impuestos. Lo que López ha presentado es “un reajuste del sistema impositivo, de forma que paguen más aquellos que más tienen, y en cuanto a los servicios sociales, el objetivo es mantener y mejorar esos sistemas”.
Mikel Torres, alcalde de Portugalete y valor emergente en el futuro socialismo vasco, ha ido más allá  tratando de quitar hierro a la propuesta de Ajuria Enea.“El lehendakari, Patxi López – ha dicho Torres-  no ha planteado a los diputados generales subir los impuestos, sino una reflexión fiscal en la que se logre un sistema que sea eficiente, equitativo, suficiente y solidario". Es decir, que la proposición  hecha entrega la pasada semana en la sede de la lehendakaritza a los máximos responsables forales era sólo una invitación al debate. Una “reflexión”.

Convertido López en “mentalista”, en promotor de un simple debate (como antiguamente Balbín en “La Clave”), Pastor ha disparado su posta lobera contra Jose Luis Bilbao, algo que no nos resulta extraño. No ha dicho nada de Basagoiti –su socio preferente- quien, con menos palabras que el Diputado general vizcaino  ha descalificado en su totalidad la el documento de López – “absolutamente desacertado”-.

Pastor ha acusado a Jose Luis Bilbao de “soltar mentira tras mentira respecto a la propuesta que le hizo el lehendakari, lo que demuestra que no tiene ningún tipo de responsabilidad política". Además, le ha atribuido un mero papel de “recadista de Sabin Etxea” por lo que  asistió a la reunión de Ajuria Enea con los “ojos y oídos cerrados” en una pura  "pantomima” dentro de su “afán de revancha contra el Gobierno vasco".

No merece la pena continuar reproduciendo el listado de descalificaciones y reproches verbalizados por Pastor. Después de  dos meses en silencio, es comprensible que necesite desahogar la caldera.

Descréditos a un lado, resulta curioso observar que, tras varios meses anunciando  la recuperación del liderazgo político por parte de López, con la presentación de una propuesta al resto de instituciones del país,  se nos diga ahora que tal liderazgo no ha sido sino un intento de concitar una serena reflexión.

Claro que, a la vista del éxito obtenido por su plan, lo mejor que podía hacer tras el fracaso  era mutis por el foro.

Algún estratega, en el ejercicio de su obligación, ha pretendido revitalizar la imagen del lehendakari aprovechando que  las coyunturas políticas e institucionales le volvían a situar en el centro del escenario. Había que  volver a ponerse a la cabeza del pelotón y marcar el ritmo del país. Pero, para ser efectivos en esa estrategia había que presentar opciones y propuestas que concitaran el arrope y el acuerdo. No presentar alternativas abocadas al fracaso.

Creo sinceramente que el lehendakari está especialmente preocupado por la situación económica. Y de manera particular, por la situación económica de su gobierno. En tal sentido, debo pensar que las medidas contempladas en su documento eran las que él consideraba más oportunas o las que sus asesores económicos creían más viables para dar respuesta a los problemas de solvencia que su ejecutivo comienza a padecer.

Lo dijo  claramente su Consejero de Economía, Carlos Aguirre, quien nuevamente fue transparente en sus palabras –contraviniendo las versiones de Pastor y Torres- . Lo que se ha propuesto –indicaba Carlos Aguirre- es “equilibrar ingresos con gastos para proporcionar los servicios que la sociedad nos demanda; educación, sanidad, dependencia”.

¡Claro que ese era el objetivo!. Pero un objetivo totalmente desenfocado, porque, una vez más, desde la Consejería de Economía del Gobierno Vasco se hacen las cuentas al revés; primero se mira al gasto (qué vamos o tenemos que hacer) para luego cuadrar el ingreso (cuanto dinero necesitamos). Y la ecuación no es así sino proporcionalmente inversa (cuanto dinero disponemos y con él qué podemos hacer). Así se funciona en todas partes (menos en Lakua).

El Gobierno vasco comienza a tener un grave problema de liquidez, de déficit. Y no puede incrementar su deuda. Por eso, la solución a sus males era subir impuestos y reducir prestaciones sociales.  Ese es el compendio de la alternativa presentada por López a los Diputados generales.

Una alternativa fallida e inviable. Su única opción, hoy por hoy, es la de recortar gastos. Sí, apretarse el cinturón  y en lugar de comer solomillo, alimentarse a base de vainas, patatas y acelgas, que es temporada. Y, si a alguno de sus consejeros  no les gustan las verduras, que se quede sin comer.

A mí, si no las comía al mediodía,  mi madre me las reservaba para la noche.

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