Desde Enero a Agosto de 1793 fue ministro del Interior en plena guerra entre jacobinos y girondinos y el mes de Octubre, durante el periodo del Terror, fue arrestado acusado de girondino, siendo liberado pronto por su amistad con los sanguinarios Robespierre y Beltrán Barère de Vieuzac. Este último, fue el más duro enemigo de toda lengua que no fuera la lengua francesa.

El menor de los Garat siguió la estela del Bonaparte emperador. Es entonces cuando desarrolla su proyecto de “Nueva Fenicia”, un Estado Vasco que agrupaba los territorios del Seur y los continentales bajo el imperio napoleónico, siguiendo el modelo de la Confederación Helvética y la Confederación del Rhin.
A la caída de Napoleón, Joseph Garat, miembro de la Legión de Honor y Conde del Imperio se retiraba de la política activa en el castillo Urdains en Basusarri (cerca de Uztaritze). El más joven de los Garat fallecía en diciembre de 1833, siendo testigo de excepción de las aboliciones forales de vascas, tanto de Iparralde como del comienzo de fin del régimen foral en el sur de los territorios de Euskal Herria.
El proyecto de Joseph Garat se basa en el mito del vasco-cantabrismo, que consideraba a los vascos descendientes de los antiguos cántabros de la era romana. La aportación de Garat es que consideraba los cántabros como herederos de una colonia fenicia y es por ello que dio el nombre “Nueva Fenicia” a su proyecto de Estado. El proyecto de Nueva Fenicia se desarrollará en tres partes.
La primera comienza en 1803, después de la pérdida de los fueros en Iparralde en 1789, y después de la dura represión que vivió el País Vasco continental como consecuencia del brutal nacionalismo jacobino francés. En tal fecha, Garat era senador y desde Ustaritze escribía una carta a Napoleón advirtiéndole que en los territorios vascos “la revolución francesa ha pasado como un gran fenómeno que apenas han comprendido y les ha dejado como eran antes”.
La segunda fase coincide con la ocupación española por parte de las tropas napoleónicas. En ese contexto, Garat envía un informe al comandante en jefe de las tropas francesas en España ( “Breve exposición de un proyecto de reunión de algunos cantones de la España y de la Francia para hacer más fáciles la sumisión de España y de la creación de una máxima potencia”). En dicho escrito, el político de laburdi afirma textualmente:
“En las laderas y los valles de los Pirineos, tanto en el lado de Francia, como en el lado de España, viven unos pueblos a los que se les llama vasco-franceses y vasco-españoles y que tienen entre ellos todas las relaciones que los hombres pueden tener entre sí y que no las tienen casi, ni con los españoles los que están unidos a éstos, ni con los franceses los que forman parte de éstos. Esa separación entre los vasco-franceses y los vasco-españoles procede de cuando se agotó la primera raza de los reyes de Francia y quizá de antes y, sin embargo, aunque durante estos siglos han obedecido a potencias distintas y aun enemigas entre sí, a pesar de que han pertenecido a pueblos con lenguas y costumbres distintas y hasta contrarias, ni los vasco-franceses han adoptado las costumbres y la lengua de Francia, ni los vasco-españoles las costumbres y la lengua de España. Tanto unos como otros… han continuado siendo vascos. Las leyes locales que tenían los vascos en España y en Francia, que se llamaban costumbres en Francia y fueros en España, eran muy parecidas entre ellas y muy distintas de todas las leyes españolas y francesas”
El informe también menciona la organización vasca y legislación vasca foral, común al norte y al sur del País Vasco, basada en la igualdad y el trabajo, la nobleza universal, del poco aprecio al servicio militar y la capacidad marítima de este territorio que podría servir a los intereses napoleónicos en su sempiterno enfrentamiento con Inglaterra.
Así, el núcleo de la propuesta de Garat se centraba en reunir a todas las provincias vascas en un Estado que serviría como Estado neutral entre Francia y España bajo la protección de Napoleón:
La última fase del proyecto de “Nueva Fenicia” se desarrollaba en 1811, en plena guerra napoleónica con España. La propuesta de Garat abordaba la complejidad lingüística del País Vasco y sus dialectos así como la singularidad de “sus leyes, de sus costumbres, de sus juegos que son también los mismos.” Finalmente, a modo de conclusión, proponía la unificación institucional de todos los vascos en dos o tres departamentos “del imperio: de sus destino exclusivo en el servicio marítimo. De la enseñanza de su lengua en las escuelas y los liceos”
Estos departamentos se denominarían “Nueva Tiro y Nueva Sidón” y el conjunto de todos “Nueva Fenicia”, cuya bandera y escudo serían los de Navarra.
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