miércoles, 7 de septiembre de 2011

JUEVES 8 DE SEPTIEMBRE, JUEVES NEGRO

Mañana, jueves 8 de septiembre, está subrayado en el calendario como una fecha fatídica. Jueves negro. Negro para la economía de España. Negro para Zapatero y Elena Salgado. Negro, muy negro, para Rubalcaba.


La falta de credibilidad en el plan de ajuste italiano, las decisiones del Banco Central Europeo en relación al precio del dinero, y la situación de Grecia, con pie y medio fuera del sistema euro, parecen ser las causas de que lleven a los mercados a arrastrar al reino de España hacia el precipicio.

Ni la reforma constitucional, ni las medidas de ajuste, ni el funambulismo del gobierno a la hora de hacer equilibrios económicos, pueden detener un deterioro que amenaza catástrofe a la vista de los próximos tres meses de desgobierno –paréntesis entre la disolución de las Cortes y formación de un nuevo ejecutivo tras las elecciones del 20-N-.


Ha bastado una palabra de Christine Lagarde, presidenta del Fondo Monetario Internacional; “recesión”, para que el resfriado pandémico que económicamente afecta a Europa, se convierta en neumonía. Durao Barroso se ha tirado al ruedo de forma inmediata para negar la mayor; “no habrá recesión en la Unión Europea”. La ministra española, Elena Salgado ha hecho lo mismo. Pero el pánico ha vuelto a encender todas las luces rojas. La prima de riesgo sobre la deuda soberana de España e Italia ha vuelto a dispararse y , al parecer, ni la intervención del Banco Central Europeo, servirá ya como bálsamo que atempere las consecuencias de de lo que parece una quiebra inevitable.

Por si fuera poco para el Estado español, el gobierno de ZP debe dar a conocer ya, sin más dilación, la situación real del endeudamiento autonómico, y en ese plano, los rumores extendidos señalan que salvo Euskadi, Madrid y alguna otra comunidad autónoma de pequeña dimensión, todos los demás ente autónomicos han sobrepasado con creces los límites establecidos. Una mala noticia que no llegará sola, ya que se acrecientan las informaciones en relación a la intervención de nuevas cajas de ahorro. Entidades que no han superado el listón de su solvencia en el mercado y que deberán ser nacionalizadas.

Zapatero jamás pensó que tendría un final político tan aciago. Porfió, una vez despejada la incógnita de su continuidad, por aplicar los ajustes que nadie quería llevar a la práctica.
Pensó que el coste de tales medidas recaería sobre él y no sobre su candidato. Ajustó la fecha de las elecciones, pensando que tendría plazo. Y se quedó corto, ya que la velocidad de los acontecimientos le dejó sin calendario para aplicar nuevas medidas. Fue, como el bombero, de aquí para allá con la manguera sofocando cuantos incendios le salían al paso. Y su buena suerte antropológica se tornó en la más ceniza desdicha.

Mañana llega el “jueves negro” y necesita nuevos extintores que ataquen las llamas. Serán los últimos. El juego parlamentario se le acaba. No habrá Cortes en 20 días y necesita plazo legislativo si quiere seguir aprobando iniciativas. Y las va a aprobar, porque la amenaza de una intervención aprieta. Es la palabra que Zapatero no quiere ni oír mencionar. Por eso irá más allá en el reducido tiempo que le queda para aprobar nuevos decretos ley que puedan ser ratificados por la Cortes antes de su disolución.

Mañana, sí mañana mismo, jueves negro, celebrará Consejo de Ministros. El viernes es fiesta en la Comunidad de Madrid. Y tendrá que ser mañana el momento del último conejo en la chistera. El consejo afeitará un poco más a Alfredo Pérez Rubalcaba. Le dejará sin programa, sin promesas. Pero ZP cree que es lo que toca. El país, su país, por encima de su partido. Necesita margen para mayor recaudación, para eliminar déficit. Y eso se llama….impuesto de patrimonio. Entre 1.500 y 1.800 millones de euros más estimados –en teoría y con efecto práctico en 2012-.

Hay que rebajar el calor del infierno que viene, aunque Rubalcaba se queme en el camino.

Pese a todo, lo peor está por llegar. El paro no decrece. La economía no arranca, el consumo se contrae y Alemania, ¡ay Alemania!, no está por la labor de que todos en Europa se beneficien de su esfuerzo económico. Lo suyo le ha costado para que las cigarras chupen ahora de la piragua.
Y España no tendrá parlamento, al menos, en tres meses. Que escenario tan negro. Empieza mañana, jueves 8 de septiembre.

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