lunes, 12 de septiembre de 2011

RUBALCABA SALVA EL CULO IN EXTREMIS

Esta vez no ha permitido que le dejen con el culo al aire. Alfredo Pérez Rubalcaba anunciaba este fin de semana, “in extremis” que había pedido a Rodríguez Zapatero que su gobierno rehabilitara el Impuesto de Patrimonio de manera inmediata.


De esta forma, el candidato socialista, recobraba el protagonismo ante una medida inminente del gobierno saliente, que, según diversas fuentes ya había aprobado tal decisión semanas antes. Sin embargo y para evitar un nuevo desencuentro con Rubalcaba, quien presentaba tal medida como una de sus propuestas estrella para la próxima legislatura, el ejecutivo cesante habría postergado su decisión oficial. Había que dar tiempo a su candidato a que ajustara el paso y, nuevamente, no quedara en fuera de juego.

Zapatero lo había dicho en numerosas ocasiones, hará lo que fuera para apoyar a Alfredo. Si es preciso se quemará a lo “bonzo” para no dañar a su candidato y pese a que la reforma constitucional fue una medida unilateral que sorprendió a su cabeza de lista, la inminente rehabilitación del impuesto sobre el patrimonio no podía, nuevamente, dañar la estrategia del jefe de cartel socialista a las elecciones generales.

Por eso la puesta en escena de este fin de semana. “Yo he pedido al gobierno –decía Rubalcaba- que reinstaure ya el impuesto de patrimonio ahora, para que el próximo gobierno pueda contar ya con la recaudación que esto genere”.

Lo cierto es que, aunque el gabinete Zapatero apruebe la medida –que está ya hecho-, su aplicación será una incógnita ya que este impuesto es de gestión autonómica. Es decir que serán las Comunidades Autónomas las que decidan si lo aplican o no y los entes gobernados por el Partido Popular se han aprestado a señalar que, en su ámbito competencial, el Patrimonio no se aplicará.

Luego, estamos ante un nuevo brindis al sol. Un gesto.
El tiempo pasa y la economía española sigue en el trapecio, al albur de las corrientes de aire que lleguen de Grecia o Italia.

El pasado jueves, según vaticinaba, se dieron a conocer las tasas de déficit público de las comunidades autónomas. Datos escalofriantes. Se conocía igualmente la imposibilidad de un gran paquete de cajas de ahorro de alcanzar el nivel de financiación privada exigida por el Banco de España para su continuidad en el sistema. Y, afortunadamente, el Banco Central Europeo, en un gesto de proteccionismo ante la amenaza de la recesión, no subió el tipo de interés comunitario. Jueves negro maquillado.

No obstante, el gran desafío de la economía española, pasa por el impasse de tres meses sin gobierno que gobierne y sin parlamento, a la espera de la celebración de los comicios generales y la conformación posterior de un nuevo ejecutivo.


Alguien ha sugerido la necesidad imperiosa de reeditar un pacto de Estado, como aquellos de la Moncloa que en plena transición estabilizaron y dieron una vía de certidumbre a la economía española. Pero, ¿cómo llamar a un acuerdo si no hay quien convoque ni quien dirija el cónclave?.

Lo que parece evidente es que, a la crisis financiera le va a tomar el relevo una crisis institucional. El PSOE habla abiertamente hacer desaparecer las diputaciones provinciales. En privado, esta formulación se amplía hasta las autonomías. “Todas menos Euskadi y Catalunya” –dicen-. El río empieza a sonar. Habrá que estar atentos para que la torrentera no pretenda pasarnos por encima. Y , si es así, quizá haya llegado el momento de intentar saltar por encima.

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