lunes, 9 de enero de 2012

CARLOS URQUIJO, EL "POCO DESEADO"

 
Carlos Urquijo es, desde la mañana de hoy, nuevo Delegado del Gobierno español en Euskadi. Urquijo ya ostentó en el pasado – aunque muy brevemente- dicho cargo durante la égida de Aznar.

El ex parlamentario alavés es un hombre controvertido. Le he conocido en el ámbito del Consejo de Administración de EITB y dejando lo personal a un lado – las relaciones humanas deben estar siempre al margen de las consideraciones políticas- , su perfil visceral y su escaso rigor a la hora de plantear su crítica, me hacen desconfiar del papel que pueda representar en la administración de “Los olivos”.

En la experiencia compartida –otros, en el parlamento habrán tenido mayor proximidad a su gestión- me queda  una nefasta  percepción. Lo digo porque  he visto cómo el hoy Delegado llegó a utilizar la falsedad  (acusó a los informativos de ETB de no proporcionar información  de un atentado terrorista cuando la televisión vasca sí emitió dicha crónica)  para menoscabar la credibilidad de los medios de comunicación públicos y de sus profesionales. Aquella alteración de la verdad era constatable. Tan sencillo como acudir a la videoteca y visionar nuevamente el teleberri o la pieza editada de los mismos que salió a antena. Pero Urquijo, por más que se le recriminó su actitud, fue incapaz de  alterar su discurso, tendente a criminalizar a los nacionalistas, entonces gobernantes.

La instrumentalización del terrorismo y sus consecuencias fue, en buena parte, su bandera política. Bien lo sabe Javier Balza, ex consejero de Interior, quien tuvo que soportar la desmedida locuacidad de Urquijo. Hasta el punto de utilizar datos “sensibles”  y de relevancia  de seguridad en inverosímiles discursos de agitación antinacionalista. Y, todo ello, sin pestañear, sin el menor gesto de responsabilidad o de enmienda.

Eran tiempos de criminalización absoluta. Todo era ETA y quienes no bailaban el agua al pensamiento único de Mayor Oreja éramos satélites, cuando no colaboradores del terrorismo.

No he olvidado aquella época en la que se nos ofendía hasta en los funerales a los que por desgracia, y por convicción democrática y humana,  estuvimos obligados a participar. Fue una angustia extrema. Sacudidos por el terror, jodidos moralmente y linchados, además, por una derecha gobernante que desplegaba toda su influencia mediática y opinativa con saña y sed de venganza.

Carlos Urquijo fue un peón de esa estrategia y pese a que sus excesos remitieran considerablemente tiempo después, sus “méritos” merecen ser recordados también en este nuevo tiempo. Porque tenemos memoria y dignidad. Pese a todo, mi felicitación por el cargo y suerte en su desempeño que , espero sea equilibrado.

Carlos Urquijo ha sido nombrado, en el último minuto, Delegado del Gobierno español en Euskadi. Digo esto porque  se aguardaba la llegada a dicho puesto de  otro Carlos, Olazabal. El liberal fuerista vizcaino, digno  descendiente del jurista Jose María Estecha, autor de la importante obra “Régimen político y administrativo de las Provincias Vasco Navarras”, tenía, según todos los indicios, los parabienes del Partido Popular Vasco para ser el representante del ejecutivo de Rajoy en la Comunidad Autónoma Vasca.
Olazabal, que durante 17 largos años había representado a los vizcainos y vizcainas  en las Juntas Generales  dimitió recientemente de su cargo en la Mesa de esa institución, al tiempo que renunciaba a su acta de apoderado. Su carácter dialogante y defensor de la foralidad le hacían un magnífico candidato para el puesto de “Delegado” o “Corregidor”, máxime en la nueva etapa que los populares pretendían abrir en Euskadi, de cara a afianzar un nuevo perfil vasquista del partido conservador.  Pero ni las promesas, ni la oportunidad política cumplieron sus expectativas. Una vez más, los equilibrios “familiares” partidarios, los arreglos de “conveniencia”  se impusieron frente a la lógica. Y Mayor Oreja y su séquito, que aún  pesa e influye en la madrileña calle de Génova, obtuvieron una recompensa (quizá escasa para ellos) en el nuevo tablero de influencia del PP gobernante en Moncloa. Así fue nombrado  y entronizado Carlos Urquijo, antes  conocido con el sobrenombre de “el breve” y ahora bautizado, en los entornos de Basagoiti como “el poco deseado”. Mis condolencias para el PP de Euskadi.

Y mi afecto para Carlos Olazabal. Frente a la galerna inesperada y al desengaño, siempre habrá tiempo para nuevas singladuras. Cuando el temporal amaine.

1 comentario:

  1. Ahora resulta que ETB ha informado con exactitud y ética irreprochable sobre todo lo que tenga que ver con el terrorismo. ETB se ha caracterizado por usar una dialéctica sibilina y por un escamoteo constante de datos e información en relación con el terrorismo etarra. No se concretamente a que hecho se refiere Vd., pero la gran mayoría de las informaciones de ETB sobre terrorismo han sido simplemente vomitivas.
    Tampoco veo muy real ese especie de dicotomia que quiere mostrar entre Olazabal y Urquijo, me parece más un enredo fantástico que cualquier otra cosa. Si se trata de foralismo a Carlos María Urquijo nadie le tiene que enseñar. Le viene de cuna, y su propio nombre lo denota.
    Un saludo desde el destierro.

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