viernes, 10 de febrero de 2012

UN POLÍGRAFO, POR COMPASIÓN

Lo peor en la política –y en otros aspectos de la vida- es la confusión. El bote de humo o la tinta del txipirón. Y es que hay quien pretende que nos fijemos en el dedo que apunta a la luna en lugar de centrar nuestra mirada en el satélite.

 
Primera cuestión; lo que sobrevuela en la polémica de los últimos días no es el grado de solvencia de Euskadi o la fortaleza económica de nuestro país. Lo que el PNV ha reclamado es el diagnóstico y la transparencia en las cuentas públicas del Gobierno vasco.

Segunda consideración; la petición de clarificar el estado financiero viene dado por el afán de arrimar el hombro ante una coyuntura delicada y comprometida. A un enfermo habrá que diagnosticar certeramente para saber qué dolencia padece y cuales son las mejores medicinas que deberá ingerir para poder sanarse. No es lógico tratar una úlcera estomacal con pastillas para la tos.

Tercera reflexión; la realidad tozuda siempre aflora o como diría mi madre, antes se le pilla al mentiroso que al cojo. Si la situación económica del Gobierno vasco no es “comprometida”, ¿por qué se pidió auxilio al PNV para buscar nuevas fórmulas que nutrieran de recursos económicos a la Administración autónoma?.

Cuarto apunte; Por el actual camino del “despiste” y del desmentido permanente, terminaremos por analizar las declaraciones del Gobierno y de sus representantes con la asistencia de un polígrafo. ¿Es tan complicado mantener un discurso coherente al menos durante una semana?. Un ejemplo palmario. El miércoles día 1. Mientras Rodolfo Ares e Iñigo Urkullu conversaban en Arkaute sobre la necesidad de estudiar la aplicación del “céntimo sanitario” y cerraban un encuentro del Consejero de Economía y el Diputado General de Bizkaia para analizar dicha materia, otro consejero, el de Sanidad –supuesto afectado por la medida- afirmaba en un acto público que “la sostenibilidad de la sanidad pública no pasa por fórmulas como el copago o la subida de impuestos” (publicado por el diario “El Mundo” el 2 de febrero).

Apenas siete días más tarde, el mismo Rafael Bengoa decía todo lo contrario y proponía gravar el consumo de carburantes con un céntimo por litro como medio de obtener financiación extraordinaria para el sistema sanitario público. (Que alguien traiga un polígrafo, por compasión).


Quinta consideración. Se ha puesto en boga un reproche contundente; “No es de fiar”. Lo ha dicho Idoia Mendia, portavoz del Gobierno López y Jose Antonio Pastor, portavoz del PSE. La recriminación iba a dirigida a Iñigo Urkullu, presidente del PNV.


¿Por qué no es de fiar Urkullu?. ¿Por haber dicho que la situación económica del Gobierno vasco es delicada?. ¿Por pedir transparencia, que se conozca la situación real de la hacienda autonómica? ¿Por desvelar que el “coordinador” del Gobierno vasco le pidió, con angustia o sin ella, auxilio para reabastecer de recursos económicos a su gabinete?.

¿Quien no es, aquí, de fiar? ¿Quien debe presentar las cuentas claras y sólo ostenta descalificaciones? ¿Quienes, a toda costa tratan de evitar que se demuestre que su gestión se basa en el “yo invito y tú pagas”?. ¿Quienes viven instalados en el principio de “que pague el siguiente”?. ¿Quienes sin ningún pudor han mantenido y afirmado públicamente que Euskadi ha salido ya de la crisis?.

Dejemos de mirar al dedo y contemplemos la luna. Datos:


El próximo día 14 se reunirá el Consejo Vasco de Finanzas. Allí, las tres diputaciones presentarán la liquidación de lo recaudado en 2011 y su desfase respecto a las previsiones establecidas. La caída recaudatoria como consecuencia de la falta de actividad económica en el país dejará un agujero en el Gobierno vasco de, aproximadamente, 700 millones de euros.
Carlos Aguirre vaticinó el otro día que su gabinete no cumplirá el compromiso de déficit en el 2,3% establecido. “Se incrementará en unas décimas –dijo-“. Sí, hasta el 2,5%. Casi el doble. 1.700 millones de euros gora-behera.


Más. En menos de tres años, el Gobierno López ha aumentado la deuda en 4.858 millones, es decir, la ha multiplicado por 8,6 (un incremento del 757%). Por poner un ejemplo; como si cada contribuyente vasco hubiésemos asumido un préstamo de 5.500 euros. Pero no es todo. Para el presente ejercicio (2012), el presupuesto aprobado por el PSE y el PP autoriza un nuevo endeudamiento por importe de 1.038 millones de euros, por lo que, a final de año, la deuda viva del Gobierno López superará los 6.500 millones.

Esa “brillante” gestión tiene, además, un efecto inmediato. Quien gobierne en 2014 deberá, de saque, destinar 800 millones de euros de su presupuesto a pagar los intereses generados por la deuda. Ni más ni menos que 800 millones en intereses. Más que el presupuesto de Gipuzkoa. Y, suma y sigue.

El pasado mes de octubre, el Gobierno vasco determinó –según sus datos- que la economía vasca crecería este año el 1,4%. Según esa previsión oficial se estableció la estimación de recaudación para este ejercicio. A finales de diciembre el mismo Gobierno vasco, la redujo la previsión de crecimiento al 0,7%, pero la estimación recaudatoria no. Estaba ya prefijada. Atémonos la faja. Para qué seguir. ¿Mirar la luna?. Sólo si a los inquilinos de Lakua se les somete a la “maquina de la verdad”. Fíate y no corras.

Y los de Bildu de cierre patronal revolucionario. ¡Qué panorama!.




Hemeroteca del 2 de febrero.
Ni copago ni más impuestos










Hemeroteca de 9 de febrero. Céntimo sanitario


1 comentario:

  1. Vamos a dejar de enredarnos en las tonterías del gobierno, que es el terreno embarrado en que les interesa jugar, y vamos a trabajar en positivo. Y como ejemplo constructivo ahí tenemos el discurso de ayer de Iñigo Urkullu en Madrid. Hay que difundirlo y que respondan los demás, también el gobierno vasco, a esa propuesta. Con el campo bien regado pero con buen drenaje. Que a los equipos que movemos bien el balón nos interesa el juego fluido. Aurrera!

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