LO QUE DICE LA BOLA DE CRISTAL

Los echadores de cartas, chamanes variados, prescriptores, oráculos y hasta los interpretadores de los posos del café vuelven a tener trabajo. Todo el mundo vinculado a la política vasca, comienza a posicionarse ante unas inminentes elecciones. Llegan los primeros estudios sociológicos. Las “menudillos” del pollo se desparraman sobre la mesa para adivinar el orden de colocación de cada formación política, su identificación con el actual momento y la inescrutable opinión de la ciudadanía, convertida en presumible censo electoral. Gobierno, partidos políticos, medios de comunicación, todos, comienzan a escudriñar encuestas.


Hacía tiempo que no encendía la bola de cristal y , quizá por ello, pensaba que sería difícil obtener imágenes nítidas del futuro próximo. Pero, tras una refriega de cristasol y bayeta, el artefacto se iluminó sin problemas. Las representaciones que de lla surgen no están totalmente afinadas, pero por los contornos y los colores se puede aventurar ya un panorama político.

Lo primero que se observa es el carácter general del ambiente; desosiego y cabreo generalizado. Pocos matices más.

Proyección parlamentaria; el país se normaliza ideológicamente. Cuatro partidos ocupan el espectro representativo. Dos por por cada seña identitaria. PNV y Bildu en el campo abertzale y PSE y PP en el español. Las formaciones pequeñas no ejercen de bisgra. Ezker Anitza y UPyD pueden tener alguna opción –irrelevante- de volver a sentarse en el próximo Parlamento, pero sus posibilidades resultan reducidas.

Segunda visión: el voto abertzale obtendrá su mayor representación parlamentaria de la historia autonómica. Ambas formaciones consolidan sus posiciones de liderazgo. El PNV representa la alternativa mayoritaria. Su aval de gestión rigurosa, el efecto recuerdo en treinta años de autogobierno frente al actual “desastre”, le confiere un papel destacado en el futuro próximo. Si sabe “leer bien” la situación puede llegar a obtener un notable éxito electoral . La clave en la rotundidad de su liderazgo pasa por Vitoria

La Izquierda Abertzale conserva buena parte de la fortaleza con la que arrancó desde la legalización de Bildu. pero su pretensión de “sorpasso” desaparece. Su objetivo de “derrotar” al PNV se difumina y , con ello buena parte de su expectativa de alternativa real. Los problema vinculados a la “gestión del día a día” no le desgastan todavía, pero , a pesar de su exitosa “acumulación de fuerzas” y del clima general de “hartazgo social”, no consigue acreditar unos valores que le conviertan en opción ganadora. Pierde frescura y en su entorno comienza a asomar nubarrones de tirantez con su base social tradicional.

Los socialistas vascos dejan de existir. La imagen de marca del PSE desaparece en beneficio de una marca unipersola; Patxi López. López ha vivido horas muy bajas en lo que a afección social se refiere. Pero la situación económica, la desastrosa gestión gubenamental de Rajoy y los réditos publicitarios dimanantes de permanecer en Ajuria Enea, la han dado vida. La notoriedad de López viene dada, básicamente, por la nefasta gestión de los populares. Cada día que pasa, cada desatino en Moncloa, cada recorte social o presupuestario en España es para el lehendakari como una bocanada de aire. Por eso su tentación de ahora – examinadas las vísceras del pollo- es alargar, todo lo que pueda su mandato, y aunque con ello arruine la imagen de marca de los socialistas vascos (el PSE está desaparecido en todos los territorios), su apuesta personal es la única que les puede permitir liderar el pelotón constitucionalista. Ser tercera fuerza es su objetivo porque calculan que así, podrían perder Ajuria Enea pero no Lakua. Vamos, que quieren puganr por seguir en el próximo gobierno. Si su cálculo falla y se estrellan en el intento, pasará la hora de los actuales dirigentes y llegará la renovación interna.

El Partido Popular no levanta cabeza. Perdieron la oportunidad del “cambio” tras las elecciones generales y el paso del tiempo no hace sino mermar aún más sus fuerzas. Su objetivo era nutrirse de los votos socialistas en el particular “vasco comunicante” electoral que comparten entre formaciones de obedicencia española. El desgobierno de Patxi López y su inacción les había puesto este reto en bandeja de plata. Pero, cuando mejor lo tenían para medrar, llegó Rajoy, Montoro y De Guindos y trituraron su apuesta. La Moncloa ha hundido todas sus opciones . Pierden fuelle en cada telediario y en cada noticia negativa que alumbran los diarios digitales. A este paso, la prima de riesgo, el tío de la vara y todo quisque, les pasarán factura.

A esto se une la falta de consistencia de su cabeza de lista, Antonio Basagoiti, cuya imagen espanta a un electorado templado. Los comicios autonómicos pueden ser para él, la puerta del cadalso.

La bola de cristal se apaga. La principal incógnita sigue siendo la fecha de los comicios. A la vista de la foto obtenida, me temo que los comicios no llegarán pronto. Que en la búsqueda del rédito diferencial entre socialistas y populares, Patxi López no firme la disolución del Parlamento hasta el invierno. Demasiado tiempo para un país en crisis y sin gobierno. Demasiado frío para una sociedad desesperanzada.