El único monedero que le interesa a mi madre es el que
utiliza para ir a la
compra. Es una carterita pequeña donde guarda, bien plegados,
los billetes que desaparecen en la plaza del mercado, en la panadería o en la frutería. Los
monederos de hoy son más austeros que los de antaño. Antes, todo el mundo tenía
uno y en ellos guardábamos la calderilla.
Amama Teresa tenía una cartera negra de esas de cierre en tijera que hacía un ruido característico tanto al
abrirse como al cerrarse. Una especie de chasquido que te indicaba que en su interior había un gran valor. La de mi amama pesaba un potosí. No era mi
grande, pero lo tenía llena a reventar de monedas de peseta -aquellas
“rubias” con la jeta del “generalísimo”- que atesoraba como si
fuera su bien más preciado. Los
domingos, en un exceso, abría la
faltriquera y daba a cada nieto una peseta. “Para que echéis en misa”. Pobre
cura. Si tenía que vivir con la “dádiva”
que le dejábamos nosotros pasaría más hambre que Carpanta.
Con la edad, las personas mayores suelen aferrarse al dinero
metálico obsesivamente. Aunque la cuantía que guarden resulte ridícula. Es algo
psicológico. Quizá de otra generación. La que vivió la miseria y las
dificultades de postguerra. La que sacó a la familia adelante en un ejercicio
heroico. Trabajando en la fábrica y en casa
tras salir del campo de concentración. Comiendo titos, habas y patatas. Sacudiéndose el frío con leña o
con carbón. Heredando ropajes de primogénitos a benjamines.
No es de extrañar que, tras tanta penuria, pasado el tiempo
y ganada calidad de vida, cuando se tuvieron cuatro perras, las cuidaron bajo
un concepto supremo de posesión, de seguridad,
de reserva vital. Teresa Ibarretxe no era “agarrada”. Al contrario. Siempre estaba dispuesta a darte unos “sugus”
–caramelos masticables- o unos “checles” que alguien le compraba a escondidas.
Pero la cartera no la soltaba ni a sol ni a sombra. Y cuando dormía, la
guardaba en el primer cajón de la mesilla, al lado de la cabecera de la cama.
Mari Tere, su hija, -mi madre- todavía no ha adquirido esa
manía de acumular monedas hasta llevar consigo incorporada una bolsa de más de libra y media de peso. Diré que no
es tan mayor como lo era su antecesora –si digo lo contrario me corta las
orejas-. “Oye tú – suele repetir- que viejos son los trapos”. “Y las personas
mayores” –apostillo yo mientras me gano un certero manotazo-.
Lo cierto es que, pese a parecerse cada día más a su
progenitora, su monedero es liviano y
apenas conserva monedas. Y, mucho menos 445.150 euros.
Esa es la cuantía que, según diversas informaciones
periodísticas, facturó el número tres de “Podemos” , Juan Carlos Monedero, por sus trabajos de asesoría a diversos
gobiernos latinoamericanos.
No tengo nada contra el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense
de Madrid. Ni contra su actividad política o empresarial. Cualquiera que
trabaje honradamente puede ser millonario en esta imperfecta economía de libre mercado en la que nos ha
tocado vivir.
Lo que ya no entiendo tan bien es la doble moral que algunos parecen tener.
Los que exigen ética y transparencia a los demás sin aplicarse el mismo rasero
a ellos mismos.
No voy a entrar a calificar la legalidad o ilegalidad del procedimiento
llevado a cabo por el dirigente de “Podemos” a la hora de obtener una remuneración económica tan notable. Solo apuntar que, en Euskadi, las
“sociedades pantalla”, las que sin tener asalariados a su cuenta se crean para
eludir una tributación de rendimientos del trabajo personales derivándola a la correspondiente normativa de
sociedades, estarían bajo la lupa de la inspección. Por
presunto fraude de ley y elusión fiscal. Pero eso es en Euskadi, no en Madrid o
en el Estado.
Hasta ahora se creía que sólo los futbolistas galácticos,
las estrellas mediáticas o los profesionales liberales de elevados rendimientos eran capaces de
utilizar la ingeniería fiscal para contribuir menos a las arcas comunes. El caso
Monedero ha revelado que no. Que también
los líderes emergentes que pretenden
el cambio social son capaces de utilizar las triquiñuelas legales que el
sistema permite para engordar su pecunio. Aunque los sabrosos beneficios sean
utilizados en proyectos comunitarios. Aunque la televisiva “Tuerka” no sea
precisamente ni Intermon Oxfam o Unicef
precisamente.
Otro profesor de derecho y compañero de Juan Carlos Monedero
en Euskadi, Roberto Uriarte Torrealday, decía el pasado viernes en un artículo
de prensa que “es evidente que “Podemos” surge como un movimiento y se
consolida como un partido con puntos débiles y discursos poco fundamentados.
Pero nadie puede negarle un gran acierto y es el de haber sabido captar que
para cambiar el poder, hay que cambiar primero la cultura del poder. Y en ese ámbito
“Podemos” está siendo un magnífico instrumento para el despertar de la
ciudadanía”.
Cierto. Los impulsores del nuevo partido en
construcción han tenido el acierto de
recoger el sentimiento de desafección ciudadana a la política y encauzarlo hacia una nueva forma de hacer las cosas. Lo
que no se entiende es que, a las primeras de cambio, los principios de
honradez, honestidad, transparencia y autenticidad, exhibidos y reclamados para
el cambio por los dirigentes de “Podemos”, sean solo exigibles para los demás y no para
los comportamientos propios.
Iglesias, Monedero y compañía se quejan, no con cierta
razón, de que los poderes de “la casta” han puesto sobre ellos una lupa. Que
les han “declarado la guerra” y que les
acusarán de haber asesinado a Kennedy o de haber asesorado a “Islero” para que
embistiera a Manolete. Es verdad que desde
los sectores más casposos de la opinión publicada en España se ha
iniciado una especie de “macartismo” que trata de envilecer a toda costa a la
nueva formación en ciernes y a sus impulsores. Esa “caza de brujas” no hará
otra cosa sino victimizar a “Podemos”, presentándola ante unos como una amenaza
y , ante otros, como la alternativa que
se combate por todos los medios para evitar su éxito electoral.
Y en ese fuego cruzado
en el que la política se convierte en espectáculo de insulto e
infamia, en el que los periodistas ejercen de políticos y los políticos de
periodistas, en el que lo más valorado
sea que un dirigente que opta a
gobernar se dirija un opinador con
ambiciones de poder como “pantuflo”,
quien pierde de verdad es la ciudadanía que aspiraba y deseaba un cambio
cultural de la política, como señalara Uriarte en su artículo.
Mucho me temo que este clima de enfrentamiento en España va
a ir creciendo notablemente. Se pretende sustituir el bipartidismo PP –PSOE por
una nueva polarización; PP-Podemos. Alimentando por un lado el miedo a lo nuevo
y, por otro, la reacción visceral contra
el poder corrupto establecido. Blanco y negro. Sin matices.
El PP y Rajoy han establecido su estrategia. Un sólo
adversario contra el que cabe utilizar todas las armas a su alcance. Su “no
podemos” será un llamamiento al “voto refugio” frente a la abrupta amenaza
revolucionaria que se avecina. Y el PSOE ni está, ni se le espera.
Las encuestas que se han conocido determinan que sólo un 15%
de quienes dicen que votarán a “Podemos” lo harán por simpatía ideológica. El
resto, por cabreo. Porque quienes se apuntan a esta previsión de voto quieren
un cambio de verdad. Les da igual las razones. Votarán con los pies o con las
tripas. Siempre y cuando quienes representen ese cambio estén libres de pecado
y lo demuestren.
La arrogancia con la que Juan Carlos Monedero y
Pablo Iglesias han contestado a las primeras sombras de duda que sobre ellos
han recaído, no han ayudado a sostener la inocencia que hasta ahora presumían.
Al contrario. Han reaccionado de la misma manera que quienes ellos abiertamente critican y
engloban en esa “casta” deleznable.
Primer asalto. Rajoy 1- Podemos 0.
En Euskadi, esa pugna también nos llega, aunque con efecto
rebote o por amplificación informativa. Más nos vale que no nos despistemos. Ni podemos, ni no
podemos. Aquí, somos más de hacemos, como dice Rementeria. Con el monedero
ordenado para el día a día y las cuentas claras.
ERA UN HOMBRE CON COLETA
ResponderEliminarQUE QUERIA VOLVER A LA PESETA
IDEAS NO LE FALTABAN
Y TODAS DE EL MANABAN
ERA INTERESANTE SU DISCURSO?
SOLO PARA LOS DE SU CURSO
LO DECIA HASTA DECIR BASTA
Y PARA ELLO CRITICABA A LA CASTA
ERA LISTO Y CUANDO ORABA
AL JODIDO SE LE CAIA LA BABA
PABLITO,PABLETE TIO MAJETE
CONTIGO NOS DARAN
POR EL OJ.......TE
SI A TODOS SISCIENTOS DAS
Y A LOS SESENTA JUBILARAS
DE ALGUNOS EL VOTO TENDRAS
SI DICES COMO LO HARAS
TE ESCUCHO Y TE ATIENDO
PERO COLETAS NO TE ENTIENDO
SI ALGUIEN ESTA MINTIENDO
ALGUNOS LE ESTAN CREYENDO.
pdta. NO CREAS, POR CREER.