viernes, 20 de marzo de 2015

GUARDÉMONOS DE LOS IDUS DE MARZO

Los antiguos romanos eran muy dados a las premoniciones  y a establecer implicaciones sobrenaturales o esotéricas  a su vida diaria. Los “idus” eran, en el antiguo calendario latino, una referencia especial..

De todas estas fechas, los “idus de marzo”, cobraban especial significación. Marzo, Marte, dios de la guerra,  recreaba en su decimoquinto día una jornada de buenos augurios. Buenas noticias  que marcarían la tendencia de vida de la colectividad de la “urbs”, siendo Roma, la “ciudad de ciudades  por antonomasia”.

Los “idus de marzo” eran, por lo tanto, una cita con la fiesta y las buenas noticias. Hasta que en el año 44 antes de Cristo, Julio César fuera asesinado en tal fecha, marcando tal hito como punto de inflexión en el tránsito  político de la república al imperio.

El escritor griego Plutarco reseñó que Julio César fue advertido por un vidente del trágico futuro que le aguardaba en su camino hacia el Senado. “Guárdate de los idus de marzo”,  le espetó el vidente.  César, sonriente, contestó al adivino menospreciando su vaticinio; “los idus de marzo ya han llegado”, a lo que el vidente contestó compasivamente; “si, pero aún no han acabado”. Y César cedió a su destino.

El pasado día 15 de este mes de marzo de 2015, informaciones periodísticas revelaban que en la agenda electoral del Partido Socialista de Euskadi sólo había un objetivo estratégico a combatir de cara a los próximos comicios municipales y forales; el PNV.

Cabía esperar que ante la falta de perfil, la amenaza de los “emergentes”, la fragilidad interna y la ausencia de signos identificativos, el partido socialista buscara  afianzar su centralidad perdida o la tradicional imagen de “opción de gobierno” que durante tantos años cultivara desde la oposición responsable. Pero no. Lejos de resituarse en la vorágine, el PSE  determinó que en su diana de campaña estaría “el soberbio e intransigente” PNV de Ortuzar y Urkullu. 

La “hoja de ruta” electoral del partido de Idoia Mendia ha comenzado a implementarse. Y el flanco de ataque es el Gobierno vasco. Que si el ejecutivo autónomo no comunica al Parlamento  sus contratos –aunque on line pueda tenerse información inmediata y exhaustiva de esta materia-, que si oculta datos sobre la publicidad  (basta ver los informes remitidos a la Cámara para afirmar lo contrario). Que si deben comparecer en el Parlamento los sindicatos de la Ertzaintza –mejor que fueran a la mesa de negociación-.Que si Urkullu deberá aclarar qué hacía su secretario de Paz y convivencia visitando a un condenado por terrorismo (Díez Usabiaga).  Leña y más leña. Rayando el absurdo y el ridículo. Aunque esto último a Pastor, que confundió las imágenes de la sede de EITB en Miramon con la cárcel de El Dueso, le importe un bledo. Es, como diría nuestro “Uzturre”, la “libertad del bufón”.

Cualquier observador, más o menos avispado, habría creído que el PSE, cuyo futuro resulta tan incierto en Euskadi, se alejaría de la melé que contra el PNV se ha configurado en las vísperas de las elecciones municipales y forales. Porque su fuga de voto no está ahí sino en sus propias carencias. Pero no. La formación de Idoia Mendia ha caído en la tentación fácil de intentar abatir a los nacionalistas en el tumulto, como a César a las puertas del Senado. Aunque en el intento, poco o nada de provecho propio consiga. No es de extrañar que Eguiguren, ese espíritu libre abandonado por los suyos haya dicho eso de que "El futuro del PSOE no lo veo tan negro, pero el del PSE sí está más complicado". Cada cual tiene su vidente.

Por lo menos, hasta el momento, los socialistas no han cometido el error de utilizar dardos envenenados  con estiércol en su interés por abatir al PNV.

Que la Izquierda Abertzale quisiera enfangar al PNV, intentándole pringar con acusaciones y difamaciones que buscaran  su descrédito, estaba descontado en el guión político-electoral. Cuando alguien pretende enfrentarse a una formación cuyo principal valor es la credibilidad pública de su gestión, lo lógico y lo fácil es tratar de minar ese potencial. Para ello,  EH Bildu ha tirado de manual, intentando extender la sospecha, la duda, en relación a esa supuesta buena gobernanza. Demanda por aquí, denuncia por allá. Aunque no haya pruebas. Y aunque se sepa de antemano que la imputación resulte fraudulenta. Como en el denominado caso Bidegi, en Gipuzkoa, donde, de la mano de una inquisidora  Larraitz Ugarte –y con la oposición interna de una buena parte de la Izquierda Abertzale- se ha urdido una comisión de investigación express a modo de tribunal revolucionario que, eludiendo las pruebas y la verdad, conduzca al patíbulo a los dos principales candidatos del PNV en aquel territorio; Markel Olano y, fundamentalmente, Eneko Goia.

No se ha tenido en cuenta ni la investigación judicial en curso –impulsada por la propia Ugarte-, ni las pruebas periciales, ni la información de los técnicos de la Diputación, de la dirección de la obra o de las empresas ejecutoras de los trabajos. Y los datos, los informes, las fotos de los rellenos, los muros de carga, los nuevos taludes, resultan incontestables. Pese a todo, en tres días de “comisión investigadora” ha llegado a una conclusión. Guillotina y punto.

Ahora bien, lo que nadie esperaba es que al borde del cadalso prefabricado por Ugarte, se encontrara como co-verdugo, el Partido Popular de Bárcenas, de “el bigotes” o de  Juan Carlos Cano. Ese peón de Quiroga, Maroto o Semper, que tuvo la ocurrencia de decir que los candidatos del PNV Olano y Goioa “apestan”. El mejor aliado de Permach  o de Martin Garitano en su emboscada contra los jeltzales.

El Partido Popular vasco, tras el 24 de mayo,  puede llegar a ser tan irrelevante en Euskadi que, perdido el norte y la perspectiva, ha comenzado a perder  hasta la dignidad.

Lo de Sortu, EH Bildu o como se le quiera llamar a la Izquierda Abertzale organizada, es otra cosa.  No es una cuestión de dignidad o de vergüenza. La vergüenza la tienen intacta. De no usarla.

Su problema es el miedo escénico a perder espacio. Más allá del “otro modelo”, de la “otra Gipuzkoa” o de la inescrutable “vía vasca”, han sido incapaces de explicitar una propuesta, una iniciativa concreta para afrontar  los problemas reales del país. Toda su estrategia pasa por zarandear al PNV. Golpearle con patadas y golpes de todo tipo. Corruptos, chorizos, defraudadores. Amiguismo, clientelismo, nepotismo.  Manguis sistémicos en definitiva.

Pero, hete aquí que, al mismo tiempo, mientras arrecia la socialización de la porquería, desde esa misma Izquierda Abertzale se pida  ayuda a los supuestos corruptos para fijar una estrategia común que “desatasque” el “proceso de paz”. Con una mano te sacudo y con la otra te pido ayuda. Abstraerse de una situación así resulta prácticamente imposible. ¿Qué acordar con quien te quiere derribar a toda costa?. ¿Cómo creer en la bondad, en la sinceridad de una propuesta compartida cuando, en paralelo, se te denigra, insulta y agrede?.

Decir lo evidente, que las dos cosas a la vez no se compadecen, ha provocado una nueva jugada sucia en el escenario. La falsedad  emitida en comunicado de que el PNV reclamaba de Sortu el cese de las denuncias como condición previa para un acuerdo en materia de paz y convivencia.

Mucho miedo tiene la Izquierda Abertzale de perder terreno para caer tan bajo en su práctica política. Poco creen en su futuro cuando toda su acción bascula en la difamación y la calumnia. Odio y falseddad en lugar de política.

El PNV no es ingenuo. Ni echa en saco roto cuantas agresiones está sufriendo por parte de la Izquierda patriótica. Pero quienes crean que no dará una respuesta a los problemas del país, a la consolidación de la paz y la convivencia, por despecho, se equivocarán. Ni Franco, ni ETA, ni los actuales  provocadores de la difamación harán que el nacionalismo democrático abdique de su responsabilidad de seguir sacando adelante a este país, a esta sociedad.


Los augurios vaticinan la peor tormenta que pudiera pronosticarse. Pongámonos los chubasqueros y eludamos la confrontación. Sigamos nuestro camino. Todos aguardan a César a las puertas del Senado. Cuchillo en mano.  Guardémonos de los idus de marzo. Esquivemos el barro. Hagamos oídos sordos  a quienes desestabilizan en el Parlamento y a quienes enfangan la convivencia normalizada fuera de él. Démosles una lección más. Lleguemos a mayo. Allí, la ciudadanía emitirá su veredicto y pondrá a cada cual en su sitio.

2 comentarios:

  1. Grande! Es verdad!! Pero los anómimos luchadores, por desahogo personal más que nada, a lo mejor seguimos cantando las 40 a algún Bildurti si se nos cruza por algún blog que otro...

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  2. Koldo, en este suma y sigue nos encontramos solos y nunca un dicho fue tan acertado "mejor solos que mal acompañados" o le sumamos otro "las cosas a medias, a medias se quedan". No obstante, Kontuz tenemos ante nosotros un nuevo reto y vosotros representantes del pueblo lo sabéis. La juventud cada día. demuestra su interés por una Euskadi de pleno derecho y es mas, le suma una Euskal Herria de pleno derecho. Nabarra va ser en breve un herrialde a sumar , no cabe la menor duda, y entonces todos nosotros provincianos, decidiremos realmente nuestro futuro, lejos de la Marca España. Digo provincianos porque es el calificativo con el que nos pretenden atacar. Pues si, Provinciano; Aldeano, separata....o como les de la gana. Nosotros no estamos tan lejos de exigir nuestros derechos y para eso confiamos en vosotros . Jo ta Su.

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