Alguien dirá que es un efecto más de la
globalización y probablemente tendrá razón. Las denominadas “especies
invasoras” colonizan nuestro entorno natural y su propagación amenazan con
destruir buena parte de lo que hemos conocido como medio aborigen. Siempre ha
ocurrido y sus efectos pueden llegar a ser devastadores. El mal llamado
“descubrimiento de América” llevó al nuevo continente no sólo a los
“conquistadores” sino que con ellos viajaron nuevas bacterias y virus que en
forma de enfermedades diezmaron, y de qué manera, la población local. Y a la
inversa.
Aquí, de un tiempo a esta parte, y sin entrar en el
ámbito de la salud y en la mutación de dolencias que, de cuando en vez amenazan
con pandemias preocupantes, nos hemos encontrado con hechos singulares que , a
los ojos de la mayoría causan sorpresa cuando no curiosidad, pero que, en el
fondo suponen todo un desafío para nuestras comunidades.
El carrizo de la pampa, esos plumeros vistosos que
más de uno utilizó de manera ornamental en su jardín, se propagó por taludes y
tierras abiertas como una verdadera plaga siendo las administraciones públicas
las encargadas de gastar una millonada para mitigar los efectos destructores de
la planta. Lo mismo ha ocurrido con el llamado “mejillón cebra” que poco a poco
ha ido instalándose en charcas, ríos y embalses y que anega cualquier sistema
de colectores y regadíos hasta cegarlos
totalmente- Caracoles manzana, cangrejos de distintas clases –de las marismas,
señal…- peces de múltiples apellidos (luciopercas, carpasoles) , hasta siluros
de aspecto aterrador han llegado hasta nosotros para quedarse y para propagar
sus especies.
La última amenaza es la denominada “avispa asiática”
que ha cobrado protagonismo los pasados días porque su presencia en un parque
bilbaíno obligó a suspender un concierto en la “Aste Nagusia”.
Estos insectos, de tamaño descomunal en referencia a
sus parientes propios, atacan a los enjambres de abejas y nuestros apicultores,
que habían puesto el grito de alarma hace ya un tiempo, ven como la suspensión de un acto lúdico ha conseguido lo
que sus alertas no habían podido, llevar a la “avispa asesina” a las portadas
de los medios de comunicación.
A veces, los humanos funcionamos así, desatendiendo
lo importante y dando carta de naturaleza de lo aleatorio. Lo cierto es que
desde que el mundo es mundo la evolución de las especies, la interacción de la
naturaleza sobre ellas o el cambio de las condiciones de vida, ha obligado a
este planeta a reinventarse una y otra vez. Desde antes de que lo dijera Darwin hasta nuestros días, aunque los creacionistas de nuevo cuño se obstinen
en vivir de espaldas a la ciencia. También los seres humanos hemos mutado. Unos
menos que otros ya que aún hoy puedan observarse casos claros de homínidos no
evolucionados cuyo comportamiento siguen estando a años luz de los
neandertales. Un ejemplo claro de esas subespecies son quienes aún se comportan
como “machos alfa” que expresan su dominio a través de la violencia de género
irracional.
Sí, la competencia natural, nos expone a desafíos.
Algunos los resuelven con inteligencia y , a otros, les ataca el nerviosismo.
Algo de eso le ha ocurrido a la Izquierda Abertzale
histórica representada por Sortu. Los pasados días conocíamos un manifiesto de
una corriente interna que se autodenominaba “Ekintza garaia da”. Viejos
“nostálgicos” que, por primera vez aparecían en público, para anotar sus
diferencias con el “aggiorgiamiento” que a su juicio había protagonizado el
universo sociológico de lo que llamaríamos la antigua “Batasuna”.
Es cierto que la Izquierda Abertzale ha
protagonizado un tránsito reconocible para adecuarse al sistema democrático. Es
reconocible y encomiable. Su deslinde de la estrategia político-militar del
pasado es un hecho que ha beneficiado a todos, y en especial a la sociedad
vasca. A pesar de que sus pasos todavía no sean firmes en determinados ámbitos
o que, a todo el mudo le gustaría que sus ritmos de evolución fueran más
rápidos. Sin embargo, cuando en toda su crudeza se observa –como lo demuestra
el afloramiento de su sector crítico- que en ese universo sociológico no existe
tampoco un consenso global que propicie esa adecuación-modernización de las
ideas y de la estructura de la Izquierda Abertzale, se entienden mejor las
dificultades que Hasier Arraiz y los suyos están teniendo para desbrozar y
despejar su propio camino.
Es difícil interpretar la relación de fuerzas que
esa disidencia ahora aflorada puede llegar a tener en Sortu. Pero contemplar, por pequeño que sea, que un
colectivo de ese mundo añora volver al pasado del MLNV pone
los pelos de punta.
No quisiera hacer demasiado énfasis en la “nueva”
corriente política aparecida estos días pasados. No es mi intención hurgar en
problema ajeno y, además, desconozco la relevancia que ese colectivo pueda
llegar a tener. Pero sí reseñaré la amargura y la dureza con la que fueron
tratados los actuales dirigentes de Sortu por quienes se suponen son compañeros
de viaje. Con “camaradas” así, es difícil ponerse de acuerdo para ir a ningún
lado. Sobre todo cuando lo que algunos pretenden es volverse atrás o reconducir
los pasos de todo un colectivo político hacia una vía sin salidas (la amnistía)
o a la radicalidad extenuante que ya
transitaron sin cumplir objetivo alguno.
Con este ambiente es comprensible, y más tras el
baño de realismo que la Izquierda Abertzale tuvo en las pasadas elecciones
municipales y forales, que el análisis de situación que debe hacer Sortu se complique seriamente. Si a eso añadimos la
incesante petición del resto de formaciones políticas para que aclare sus
posiciones y salga del impasse en que se encuentra, entendemos algunas
reacciones atípicas como la que protagonizó Hasier Arraiz el pasado miércoles, acusando al líder de
Podemos en Euskadi de trabajar para el PNV.
No Arraiz, no. Roberto Uriarte no trabaja para el
PNV. Aunque, como bien se haya apuntado,
en su juventud militara en este partido.
Algunos dirigentes de la Izquierda Abertzale, también comenzaron militando en
el PNV y no por ello a nadie se le ocurra decir que Sortu o EH Bildu trabaje
para Sabin Etxea.
Lo que realmente ocurre es que en el momento actual,
en el que la Izquierda Abertzale pasa por una pequeña crisis (no sé si de
identidad o de crecimiento), aparecen en el horizonte unas elecciones españolas
en las que Podemos , puede convertirse en la “avispa asiática” de la Izquierda
Abertzale. El referente “externo” que ha llegado para competir
electoralmente en radicalidad y
alternativa a la marca bajo la que se presente la Izquierda patriótica. Eso es lo que ocurre. Que hay desasosiego y
nerviosismo para enfrentarse a unos
comicios que “no son propios”, que no se saben cómo abordarlos y de los que se
pretenden salvar los muebles. Y en los que la competencia con otras opciones,
llegadas a Euskadi con la “globalización” de la indignación que ellos mismos
cultivaron con fruición y apego.
Ahora, el problema que tienen pasa por no sufrir
demasiado desgaste que acentúe su crisis particular. Así, se inventaron aquella
ingeniosa plataforma ideada por Ramón
Zallo y compañía. El Frente Popular de
los notables prescriptores de la casta
estudiantil. Una especie de “tuna” revolucionaria que la “avispa asiática” enseguida detectó
como una trampa para desactivarla en Euskadi. Ahora, la Izquierda Abertzale
busca una confrontación directa con Podemos,
partido con el que tanto Sortu como el PP de Rajoy vinculan en alianza
con el PNV de Ortuzar . Extrañas conclusiones para análisis tan distintos.
Es el temor a perder el espacio lo que mueve a tan
disparatadas conjunciones. Las elecciones generales son, para todos, un desafío y un enigma. La cuestión estriba
en determinar claramente cuál es la función de cada cual en ese ámbito –el
Estado-, qué posición se pretende mantener allí y explicar todo ello con
simpleza y convicción al electorado vasco para obtener su confianza.
Intentar ocupar una posición a codazos y empujones,
por miedo a perder la posición, provoca a menudo, como en las carreras
ciclistas, que quien pugna por hacerse hueco termine en el suelo. Kontuz.
Me permitirá usted que le apunte dos errores flagrantes en su disertación para hurgar, como bien dice, en el ojo ajeno. La primera, tratar de reducir al entorno abertzale por el cambio de régimen a un partido político como es Sortu. Es lógico intentar empequeñecer al adversario, pero sabe usted bien que la flaqueza electoral poco tiene que ver con la estructura social y la capacidad de influir en los procesos del día a día. Mire si no al PNV, que con sus buenos resultados electorales ya me dirá usted en que ha quedado la militancia más allá de las propias elecciones y algunas apariciones festivas.
ResponderEliminarEl segundo error que comete, y este se lo digo de buena tinta, es tratar de viciar la sintonía natural que se da entre Podemos y Bildu de cara a proyectar un futuro de cambio de régimen, es decir y en nuestro caso, de caída del PNV del Gobierno Vasco en 2016. Es verdad que comparten espacios de organización y votantes potenciales y, por tanto, les veremos disputarse la hhegemonía en diversos tema, pero esto no quita en absoluto que ambos magmas sociales y crecientemente político y politizados apuntan en la misma dirección, que es conseguir que ustedes dejen de gobernar este país.
Atentamente
JBZ
A JBC, Sin querer profundizar y no monopolizar el blogg del Sr. Mediavilla, indicarle que efectivamente la sintonía natural del Pueblo vasco es corregir los desmanes y malas praxis realizadas con muy buena sintonía ( con los suyos y no con los ajenos) del conglomerado de izquierdas abertzales en Gipuzkoa. No se olvide caballero que las urnas mandan y no solo vota la festiva militancia.
ResponderEliminarY sin con poca militancia los resultados son los que son pues aun mejor. Estuvo Pachi, estuvo Garitano y ahora sigue el PNV , cuando quiera sr. JBZ me lo explica.
Pues si ser este el lugar para extenderse al respecto, sólo decirle que a mi parecer el PNV se sostiene con solvencia electoral, es cierto, pero enfangado en una carencia estructural de orientación para dar solución al inmenso hastío social. Esto se da, entre otras razones de menor rango, por falta de una alternativa seria en las claves de cambio de régimen, formula que está funcionando en Navarra y en diversos lugares del resto de la península y que no tardará en llegar a nuestras costas. Ya que, a pesar del hecho diferencial, no me negarán que aquí también estamos sometidos a un ajuste sin precedentes contra la clase trabajadora y esto sucede ante la impasividad de aquellos que durante tanto años han cogestionado este endeble y obsoleto modelo. El PNV se mantiene mediante el difícil y poco sostenible equilibrismo entre el "Euskadi is different" y la complicidad con una represión y malagestión corrupta de la que son partes contratantes de la primera parte.
ResponderEliminarAgradeciendolo su solicitud.
Atentamente
JBZ