miércoles, 6 de julio de 2011

LA CAZUELA DE PATATAS DE EZKER BATUA

Mi padre solía contar que, en la época del hambre, no había ni pan duro ni patata caliente que se resistiera. En una casa con ocho estómagos que alimentar –más los cabeza de familia- , todo era bueno para el convento.
Así, recordaba cómo se agudizaban las habilidades y las papilas gustativas se blindaban , por ejemplo ante el calor, frente a un buen bocado.

“Cuando se comía –recordaba- la abuela acercaba a la mesa una cazuela llena de patatas (en ocasiones peladuras). Cada vástago tenía una cuchara y , una vez bendecida la mesa, se pasaba al ataque de la marmita. Las patatas ardían, te quemaban las entrañas pero nadie protestaba, porque mientras discutías dejabas de comer. Había que introducir la patata en la boca, entonces la mascullabas resoplando para enfriarla y que la boca no se escaldara. En cuanto atemperaba, la tragabas, con el riesgo de quemarte todo el aparato digestivo. Ese era el momento de volver a hundir la cuchara y reiniciar la operación. Así hasta que se terminaba rebañando el puchero”. El hambre lo puede todo, y quien hablaba o se entretenía, se quedaba sin alimento.

Mi tío Miguel, un asceta que terminó como fraile Marista, debía ser de amianto. Cuando nadie podía con el ardor del guiso él ya había trapiñado tres cucharadas. Y los demás, a verlas venir. Quizá su voracidad le condujo al seminario. En la España de entonces, la necesidad y la hambruna generó un milagro de vocaciones y llenó de curas y monjas los conventos. El milagro de los panes y los peces.

Hablando de “peces”, la salida de Ezker Batua del último gobierno Ibarretxe sumió a esta coalición en una profunda crisis que le ha terminado llevando casi a la ruptura interna y a la práctica desaparición de la escena política. Las prácticas clientelistas vinculadas al poder , las purgas de los desafectos, las prácticas cainitas, la falta de coherencia programática y el pretender ser, a la vez, gobierno y oposición condujo a Ezker Batua del cielo gubernamental al infierno extra institucional. “En la calle siempre hace frío,” repetía un buen amigo, y , “en la política , hasta en el verano más caluroso, el frío de la calle es helador”.

El declive de la Izquierda Unida Vasca ha sido tal que su situación financiera sólo conoce, desde hace meses, el color rojo en sus cuentas corrientes. Trabajadores despedidos e impagados, Candidatos sin escaño ni puesto. Hambre, mucha hambre.

Dos de sus últimos electos (as) son la llave de la gobernabilidad en las Juntas Generales de Araba. De su voto depende que el próximo Diputado general del territorio sea del Partido Popular o del PNV. La negociación establecida para salvaguardar la gobernabilidad en el territorio parece estancada. Con la dirección de EB al margen de las conversaciones, y so pretexto de diferencias programáticas –se echa la culpa a la falta de acuerdo en el campo de la fiscalidad y la tributación-, nadie se atreve a predecir a quien respaldarán los dos anhelados votos de las apoderadas de ezkerbatua. Y, entre tanto, la negociación parece convertirse en subasta de lonja de pescado.



Basagoiti no se ha cortado ni un pelo. Sabe de las necesidades primarias de los “progresistas” madracianos. Las conoce porque, quizá en la recocina  haya participado del mercadeo en que se ha convertido esta negociación. En público, Basagoiti ha metido presión a la caldera . "No le veo a EB – ha dicho el presidente del PP de Gürtell- apoyando y pactando con un Ejecutivo salpicado por la corrupción” El compañero de Camps, de “el bigotes”, de Jaume Matas y tantos otros imputados en causas turbias, se ha permitido presentar a EB una alternativa; “o apoyar a la la derecha nacionalista del PNV, o pactar con el radicalismo de Bildu” o por el contrario permitir que gobierne el popular Andrés con su abstención. Y para colmo del despropósito, se ha comprometido a hablar de “muchas cosas, incluso de la fiscalidad”.

El mundo al revés. Los neoliberales dispuestos a hablar de fiscalidad, de recuperar el impuesto de patrimonio, de sucesiones…. Ja, ja , ja. Que me da la risa.

Pero el debate de verdad no está ni ha estado nunca ahí, pese a que los "buenoides" de Ezker Batua hayan querido presentar lo contrario. El debate ha estado en la cazuela de patatas, en las cucharadas que tocarán por cabeza y en la rapidez en las que serán engullidas por una organización - o al menos una parte- que tiene hambre, mucha hambre de poder.

Hoy, para trasladar la responsabilidad a las bases -siempre le toca a la "puta base"  vestir las decisiones incomprensibles de sus dirigentes- harán un referéndum. Democracia participativa para poder justificar que el PP será finalmente quien gobierne en Araba.
La culpa la tendrá el PNV, que no se entera de nada. Y quizá también algún crédito en vena que , según parece, en tiempos de crisis alguien ha concedido a los "izquierdosos" para sanear sus cuentas. Un crédito, sí, en plena crisis financiera.

Es cuestión de principios. Mejor dicho, de patatas. Patatas calientes. Cuidado que nadie se queme el gaznate.

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